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Toráh Semanal

Blog: Spanish Weekly Torah Portion
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Ekev

24 Agosto, 2024 | 20 Shiyshiy (Elul)

PARASHÁ: Devariym (Deuteronomio) 7:12 - 11:25

Por lo cual sucederá, que si escuchas את estos decretos, los guardas, y los pones por obra, Yahuah Elohayka guardará contigo את el pacto y את la misericordia que juró a tus padres. 13 Y te amará, te bendecirá y te multiplicará; también bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano, tu mosto, tu aceite, la cría de tu ganado y los rebaños de tus ovejas en la tierra que juró que daría a tus padres. 14 Bendito serás sobre todos los pueblos; no habrá en ti varón ni mujer estéril, ni en tu ganado. 15 Yahuah apartará de ti toda enfermedad y no pondrá sobre ti ninguna de las enfermedades malignas de Mitsrayim que tú conoces; sino que las pondrá sobre todos los que te aborrecen. 16 Destruirás את a todos los pueblos que Yah­uah Elohayka te entregará. Tu ojo no tendrá piedad de ellos, ni servirás a את sus elohiym, porque eso será un tropiezo para ti. 17 Si dijeres en tu corazón: “Estas naciones son más que yo ¿cómo podré despojarlas?” 18 No tendrás temor de ellas, pero recordarás את bien lo que Yahuah Elohayka hizo a Far`oh y a todo Mitsrayim,

19 las grandes pruebas que vieron tus ojos, las señales, las maravillas, la mano poderosa y el brazo extendido, mediante el cual Yahuah Elohayka te sacó; así Yahuah Elohayka hará a todos los pueblos de los cuales tienes temor.

20 Además, Yahuah Elohayka enviará את el avispón sobre ellos, hasta que los que quedaren y se escondieren de ti, sean destruidos. 21 No les temáis, porque Yahuah Elohayka está entre vosotros. Un ‘El poderoso y temible. 22 Yahuah Elohayka expulsará את a esas naciones de delante de vosotros poco a poco. No podréis destruirlas de una vez, no sea que las bestias del campo aumenten sobre vosotros. 23 Pero Yahuah Elohayka los entregará ante vosotros, y los destruirá con gran destrucción, hasta que perezcan. 24 Él entregará sus reyes en vuestras manos, y haréis desaparecer את su nombre de debajo del cielo. Nadie os podrá hacer frente hasta que los hayáis destruido. 25 Las imágenes esculpidas de sus elohiym quemaréis al fuego. No codiciaréis la plata o el oro que las cubre, ni las tomaréis para vosotros, para que no tropecéis en ello, porque es abominación para Yahuah Elohayka. 26 Tampoco traeréis una abominación a vuestra casa, no sea que seáis malditos como ella. Sino que la aborreceréis y la abominaréis por completo, porque es una cosa maldita.

CAPÍTULO 8

TODOS los mandamientos que yo os mando hoy, tendréis cuidado de ponerlos por obra, para que viváis, seáis multiplicados, entréis y poseáis את la tierra que Yahuah juró a vuestros padres. 2 Acuérdate de את todo el camino por el cual Yahuah Elohayka te ha traído durante estos cuarenta años en el desierto, para humillarte y probarte, para saber את lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos, 3 y te humilló, te hizo pasar hambre, te alimentó את con manná, el cual ni tú ni tus padres conocían, para hacerte saber que el hombre no vive solo de pan, sino que de cada palabra que sale de la boca de Yahuah el hombre vivirá. 4 Tus vestiduras no envejecieron sobre ti, ni se hinchó tu pie en estos cuarenta años. 5 Considera también en tu corazón, que como un hombre castiga a su hijo, את así Yahuah Elohayka te ha castigado. 6 Por tanto, guardarás את los mandamientos de Yahuah Elohayka para andar en sus caminos y temerle. 7 Porque Yahuah Elohayka te introduce a una buena tierra; tierra de arroyos de agua, de fuentes y manantiales que brotan de valles y colinas. 8 Tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granadas. Tierra de aceite de oliva y miel. 9 Tierra en la que comerás pan sin escasez y no te faltará nada en ella. Tierra cuyas piedras son de hierro y de cuyas colinas puedes extraer cobre.

10 Cuando hayas comido y estuvieres satisfecho, entonces bendecirás a את Yahuah Elohayka por la buena tierra que te ha dado. 11 Ten cuidado de no olvidarte de את Yahuah Elohayka y dejes de guardar sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te mando hoy. 12 No sea que comas, te sacies, edifiques buenas casas y habites en ellas 13 y cuando tus manadas y tus rebaños se multipliquen, y tu plata y tu oro se multipliquen, y todo lo que tienes aumente, 14 entonces se enaltezca tu corazón y te olvides de את Yahuah Elohayka, que te sacó de la tierra de Mitsrayim, de casa de servidumbre; 15 quien te guio a través de ese vasto y terrible desierto, donde había serpientes ardientes, escorpiones y sequía, donde no había agua; quien te sacó agua de la roca del pedernal, 16 quien te alimentó en el desierto con manná, el cual tus padres no conocían para humillarte, probarte y finalmente hacerte bien. 17 Y digas en tu corazón: “Mi poder y el poder de mi mano me han traído את esta riqueza.” 18 Sino acuérdate de את Yahuah Elohayka, porque Él es quien te da poder para obtener riquezas; para que Él pueda establecer את su pacto que juró a tus padres, como en este día.

19 Y sucederá, que si te olvidas por completo de את Yahuah Elohayka, y andas en pos de otros elohiym, los sirves y los adoras, yo testifico contra ti hoy, que ciertamente perecerás. 20 Como las naciones que Yahuah destruye delante de tu rostro, así perecerás, porque no obedeciste la voz de Yahuah Elohaykem.

CAPÍTULO 9

OYE Yashar'el, tú pasarás hoy את el Yardán, para entrar y poseer naciones más grandes y más poderosas que tú, ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo. 2 Un pueblo grande y alto, los hijos de los anaqiym, de los cuales tienes conocimiento y de quienes has oído decir: “¡Quién se sostendrá delante de los hijos de Anaq!” 3 Por tanto, entiende hoy, que Yahuah Elohayka es el que pasa delante de ti. Como fuego consumidor los destruirá, y los derribará en tu presencia. Así los echarás y pronto los destruirás, como Yahuah te ha dicho.

4 Después que Yahuah Elohayka los eche de delante de vosotros, no penséis en vuestro corazón diciendo: “Por mi justicia Yahuah me ha traído para poseer את esta tierra”; porque por la maldad de estas naciones, es que Yahuah las quita de delante de vosotros. 5 No por vuestra justicia, ni por la rectitud de vuestro corazón, vas a poseer את su tierra; sino por la maldad de estas naciones, Yahuah Elohayka las quita de delante de vosotros. Para confirmar את la palabra que Yahuah juró a vuestros padres Avraham, Yitsjaq y Ya`aqov. 6 Por tanto, reconoced que no es por vuestra justicia que Yahuah Elohayka os da את esta buena tierra para poseerla, pues eres pueblo de dura cerviz.

7 Acordaos y no olvidéis, cómo provocasteis a ira en el desierto a את Yahuah Elohayka. Desde el día en que salisteis de la tierra de Mitsrayim, hasta que vinisteis a este lugar, habéis sido rebeldes contra Yahuah. 8 También en Jorev provocasteis a את Yahuah a ira, de modo que Yahuah estaba enojado con vosotros para destruiros. 9 Cuando subí a la montaña para recibir los piedras de zafiro, los zafiros del pacto que Yahuah estableció con vosotros, estuve en la montaña cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua. 10 Y Yahuah me entregó את dos piedras de zafiro escritas con el dedo de Elohiym; y en ellas estaba escrito según todas las palabras que Yahuah habló con vosotros en la montaña en medio del fuego, en el día de la asamblea.

11 Y sucedió que al final de los cuarenta días y cuarenta noches, Yahuah me dio את las dos piedras de zafiro, los zafiros del pacto. 12 Y Yahuah me dijo: “Levántate, date prisa, desciende de aquí; porque tu pueblo que has sacado de Mitsrayim se ha corrompido. Rápidamente se han apartado del camino que les ordené, se han hecho una imagen fundida.” 13 Además, Yahuah me habló, diciendo: “He observado a את este pueblo y he aquí que es un pueblo de dura cerviz. 14 Déjame solo para destruirlos y borrar את su nombre de debajo del cielo, y haré de ti una nación más poderosa y más grande que ellos. 15 Así que me volví y descendí de la montaña, y la montaña ardía con fuego; y las dos zafiros del pacto estaban en mis manos. 16 Y miré y he aquí, habíais pecado contra Yahuah Elohaykem, y os habíais hecho un becerro fundido. Rápidamente os habíais apartado del camino que Yahuah os había ordenado. 17 Entonces tomé los dos zafiros, las arrojé de mis dos manos y las quebré delante de vuestros ojos. 18 Y me postré delante de Yahuah, como al principio, cuarenta días y cuarenta noches. No comí pan, ni bebí agua, a causa de todos vuestros pecados con los que pecasteis, al hacer el mal a los ojos de Yahuah para provocarlo a ira. 19 Porque temí la ira y el ardiente disgusto con que Yahuah se había enojado contra vosotros para destruiros. Pero Yahuah me escuchó también esa vez.

20 Asimismo Yahuah estaba muy enojado con Aharón como para destruirlo y también intercedí por Aharón al mismo tiempo. 21 Y את tomé el objeto de vuestro pecado, את el becerro que habías hecho, lo quemé con fuego, lo aplasté, y lo desmenucé muy bien hasta reducirlo a polvo. Luego arrojé את el polvo en el arroyo que descendía del monte. 22 También en Tav`erah, en Maccah y en Qivrot Hat-Ta’avah, provocasteis a ira a את Yahuah. 23 Del mismo modo, cuando Yahuah os envió desde Qadesh Barnea, diciendo: “Subid y poseed את la tierra que os he dado; entonces os rebelasteis contra את el mandato de Yahuah Elohaykem, y no le creísteis, ni escuchasteis su voz. 24 Habéis sido rebeldes contra Yahuah desde el día que os conocí. 25 Así pues, me postré delante de Yahuah את cuarenta días y את cuarenta noches, como me postré al principio; porque Yahuah había dicho que os destruiría. 26 Oré pues, a ‘El-Yahuah, y dije:

“Oh, Adonai Yahuah, no destruyas a tu pueblo ni a tu heredad que has redimido con tu grandeza, la cual has sacado de Mitsrayim con mano poderosa. 27 Acuérdate de tus siervos Avraham, Yitsjaq y Ya`aqov. No mires la obstinación de este pueblo, ni su maldad, ni su pecado. 28 No sea que los de la tierra de donde nos sacaste, digan: “Porque Yahuah no pudo introducirlos a la tierra que les prometió, y porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto.” 29 No obstante, ellos son tu pueblo y tu heredad, que sacaste con tu gran poder y con tu brazo extendido.

CAPÍTULO 10

EN aquel tiempo Yahuah me dijo: “Lábrate dos piedras de zafiro como las primeras, y sube a mí a la montaña, y hazte un Arca de madera. 2 Y escribiré en los zafiros את las palabras que estaban los primeros zafiros que rompiste, y las pondrás en el Arca.” 3 E hice un Arca de madera de shittiym. Entonces labré dos piedras de zafiro como las primeras, y subí a la montaña, con los dos zafiros en la mano. 4 Y él escribió sobre los zafiros, según la primera escritura, את los Diez Devariym, que Yahuah les había hablado en la montaña, desde el fuego, el día de la asamblea. Y Yahuah me los dio. 5 Luego me di vuelta, bajé de la montaña, y puse את los zafiros en el Arca que había hecho. Allí están, como Yahuah me ordenó.

6 Después los hijos de Yashar’el partieron de Be`eroth Beney-Ya`aqan a Mocerah. Allí murió Aharón y fue sepultado; y El`azar su hijo, ministró el oficio del sacerdocio en su lugar. 7 De allí partieron a Gudgodah; y de Gudgodah a Yotvathah, una tierra de torrentes de aguas.

8 En ese tiempo Yahuah separó a את la tribu de Leviy, para llevar את el Arca del Pacto de Yahuah, para presentarse delante de Yahuah, para servirle y bendecir en su nombre, hasta el día de hoy. 9 Por lo cual Leviy no tiene parte ni heredad con sus hermanos. Yahuah es su heredad, según lo prometido por Yahuah Elohayka. 10 Como la primera vez, yo estuve en la montaña, cuarenta días y cuarenta noches; y Yahuah también me escuchó en esta ocasión, y Yahuah no quiso destruiros. 11 Y Yahuah me dijo: “Levántate, ponte en marcha delante del pueblo para que entren y posean את la tierra que juré a sus padres que les daría.”

12 Y ahora, Yashar'el, ¿qué exige Yahuah Elohayka de ti, sino que temas a את Yahuah Elohayka, que andes en todos sus caminos, que ames y sirvas a את Yahuah Elohayka con todo tu corazón y con toda tu alma, 13 que guardes את los mandamientos de Yahuah y את sus estatutos, que yo te mando hoy para que te vaya bien? 14 He aquí los cielos, y los cielos de los cielos pertenecen a Yahuah Elohayka, así como también la tierra, y todo lo que en ella hay. 15 Solo en vuestros padres se deleitó Yahuah para amarlos, y Él escogió su descendencia después de ellos, a vosotros de entre todos los pueblos, como en este día. 16 Por lo tanto, circuncidad את el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz. 17 Porque Yahuah Elohaykem es Elohai ha'elohiym, y Adonai ha'adoniym, el gran ‘El, el poderoso y el terrible, que no hace acepción de personas, ni toma soborno; 18 hace justicia al huérfano y a la viuda y ama al extranjero dándole comida y vestido.

19 Amad pues, את al extranjero, porque extranjeros fuisteis en la tierra de Mitsrayim. 20 Temeréis a את Yahuah Elohayka; a Él serviréis, a Él os aferraréis y por su nombre juraréis. 21 Él es vuestra alabanza y Él es vuestro Elohiym, que ha hecho por vosotros את estas grandes y את formidables obras, que vuestros ojos han visto. 22 Vuestros padres descendieron a Mitsrayim con setenta personas y ahora Yahuah Elohayka os ha hecho a vosotros como las estrellas del cielo en multitud.

CAPÍTULO 11

POR TANTO, amarás a את Yahuah Elohayka y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus preceptos y sus mandamientos siempre. 2 Considerad hoy, porque no hablo con את vuestros hijos los cuales no han conocido y no han visto את el castigo de Yahuah Elohaykem; su grandeza, את su mano poderosa, את su brazo extendido, 3 את sus milagros, את y las obras que hizo en medio de Mitsrayim a Far`oh, rey de Mitsrayim y a toda su tierra, 4 y lo que hizo al ejército de Mitsrayim, a sus caballos y a sus carruajes; cómo hizo que את el agua del Mar Rojo los anegara mientras los perseguían, y cómo Yahuah los ha destruido hasta este día, 5 y lo que hizo con vosotros en el desierto hasta vuestra llegada a este lugar, 6 y lo que hizo a Dathán y a Aviyram hijos de Eliy’av, hijo de Re’uven, cómo la tierra abrió את su boca, y los tragó con את sus familias, את sus tiendas, y את todo lo que les pertenecía en medio de todo Yashar'el. 7 Pero vuestros ojos han visto את todas las grandes obras que Yahuah ha hecho. 8 Por tanto, guardaréis את todos los mandamientos que yo os mando hoy para que seáis fuertes y entréis y poseáis את la tierra, a la cual entráis para poseerla; 9 para que prolonguéis vuestros días en la tierra, que Yahuah juró a vuestros padres, que la daría a ellos y a su descendencia, una tierra que fluye leche y miel.

10 Porque la tierra, a la que entráis para poseerla, no es como la tierra de Mitsrayim, de donde salisteis, donde sembrabais את vuestra semilla, y la regabais con vuestro pie, como jardín de hortalizas. 11 Sino que la tierra, a la cual entráis para poseerla, es una tierra de colinas y valles, que bebe las aguas de la lluvia del cielo. 12 Es una tierra que Yahuah Elohayka cuida y los ojos de Yahuah Elohayka están siempre sobre ella, desde el principio hasta el fin del año.

13 Y acontecerá que si obedeciereis diligentemente mis mandamientos que yo os prescribo hoy, amando a את Yahuah Elohay­kem y sirviéndole con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, 14 Yo daré la lluvia de vuestra tierra a su debido tiempo, la lluvia temprana y la lluvia tardía, y recogeréis vuestro grano, vuestro vino y vuestro aceite. 15 Y enviaré pasto a vuestros campos para vuestro ganado y comeréis y os saciaréis. 16 Guardaos, que vuestro corazón no sea seducido y os apartéis, y sirváis a otros elohiym y los adoréis, 17 y se encienda la ira de Yahuah contra vosotros, y Él cierre את los cielos para que no haya lluvia, y para que la tierra no produzca את su fruto y pronto perezcáis de la buena tierra que Yahuah os da.

18 Por tanto, pondrás estas mis palabras en את tu corazón y en tu alma y ​​as atarás como una señal en tu mano y estarán como frontales entre tus ojos; 19 las enseña­rás a tus hijos y hablarás de ellas cuando te sientes את en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes; 20 las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas, 21 para que se multipliquen tus días y los días de tus hijos en la tierra que Yahuah juró que daría a tus padres, como los días de los cielos sobre la tierra.

22 Porque si guardáis diligentemente את todos estos mandamientos que yo os mando para que los cumpláis, y si amáis a את Yahuah Elohaykem, andando en todos sus caminos, aferrándoos a Él, 23 entonces Yahuah quitará את todas estas naciones de delante de vosotros y poseerás naciones grandes y más poderosas que vosotros. 24 Todo lugar que pisarán las plantas de vuestros pies será vuestro; desde el desierto hasta el Líbano, desde el río Perath hasta el mar occidental serán vuestros límites. 25 Nadie podrá haceros frente, porque Yahuah Elo­haykem impondrá miedo y terror de vosotros sobre toda la tierra que pisaréis, como Él os ha dicho.

HAFTORÁH: Yesha`yahu (Isaías) 49:14 - 51:3

14 Pero Tsiyón dijo: “Yahuah me ha abandonado, y mi Yahuah me ha olvidado.” 15 ¿Puede una mujer olvidar a su hijo que amamantó, para no tener compasión por el hijo de su vientre? Sí; ellas pueden olvidar, pero Yo no te olvidaré. 16 He aquí, te he esculpido en las palmas de mis manos; tus muros están continuamente delante de mí. 17 Tus hijos se apresurarán a construirte; y tus destructores y los que te devastaron se alejarán de ti.

18 Levanta tus ojos alrededor y mira: todos estos se juntan, y vienen a ti. Como vivo Yo, dice Yahuah, ciertamente te vestirás con todos ellos, como con un adorno, y los atarás a ti, como hace una novia. 19 Porque tu desolación, tus lugares desolados y la tierra de tu destrucción serán ahora demasiado estrechos por causa de los habitantes, y tus devoradores estarán muy lejos. 20 Los hijos que tendrás después de haber perdido los otros, dirán de nuevo en tus oídos: “El lugar es demasiado estrecho para mí; dame lugar para que pueda habitar.” 21 Entonces dirás en tu corazón: “¿Quién me engendró את estos, siendo que he perdido a mis hijos, y estoy desolada, cautiva y arrastrándome de aquí para allá? ¿Y quién los ha criado? Mirad que me dejaron sola; ¿estos, donde habían estado?” 22 Así dice Adonai Yahuah: “He aquí, levantaré mi mano a las demás naciones y estableceré mi estandarte ante el pueblo y traerán a tus hijos en sus brazos, y tus hijas serán cargadas sobre sus hombros. 23 Y los reyes serán tus tutores y sus reinas, tus nodrizas; se inclinarán ante ti con su rostro hacia la tierra, y lamerán el polvo de tus pies; y sabrán que Yo soy Yahuah, porque los que esperan por mí, no serán avergonzados.”

24 ¿Se le quitará el botín a los poderosos, o será liberado el que es cautivo legalmente? 25 Pero así dice Yahuah: “Hasta los cautivos de los poderosos serán liberados, y el botín de los poderosos será entregado; porque contenderé con el que את contiende contigo, y salvaré a את tus hijos. 26 Y Yo alimentaré a los que את te oprimen con את su propia carne; y se embriagarán con su propia sangre, como con el vino dulce; y toda carne sabrá que Yo, Yahuah, soy tu Salvador y tu Redentor, el Poderoso de Ya`aqov.”

CAPÍTULO 50

ASÍ dice Yahuah: “¿Dónde está el cefer del divorcio de tu madre a quien he repudiado? ¿O a cuál de mis acreedores te he vendido? He aquí, por vuestras iniquidades, os habéis vendido vosotros mismos, y por vuestras transgresiones os es apartada vuestra madre. 2 ¿Por qué, cuando llegué, no había hombre? Cuando llamé, ¿no había nadie para contestar?, ¿está mi mano tan acortada, que no puede redimir?, ¿o no tengo poder para liberar? He aquí que, a mi reprensión, seco el mar; convierto los ríos en un desierto y sus peces apestan, porque no hay agua y mueren de sed. 3 Yo visto los cielos con oscuridad y hago de cilicio su cobertura. 4 Adonai Yahuah me ha dado la lengua de los sabios, para que sepa cómo decir una palabra a tiempo al את que está cansado. Mañana tras mañana, Él despierta mi oído para escuchar como discípulo.

5 Adonai Yahuah me abrió el oído, y no fui rebelde, ni me di la vuelta. 6 Di la espalda a los que me herían y mis mejillas a los que me arrancaron el cabello; no oculté mi rostro de la vergüenza y los escupitajos.

7 Porque Adonai Yahuah me ayudará; por eso, no seré confundido; por tanto, pondré mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado. 8 Cerca está Él, que me justifica. ¿Quién contenderá conmigo? ¡Comparezcamos juntos! ¿Quién es mi adversario? ¡Que se acerque a mí! 9 He aquí, Adonai Yahuah me ayudará. ¿Quién es el que me condenará? He aquí, todos ellos se envejecerán como una prenda; la polilla se los comerá.

10 ¿Quién hay entre vosotros que teme a Yahuah, que obedece a la voz de su siervo, y que camina en tinieblas y no tiene luz? ¡Que confíe en el nombre de Yahuah y que permanezca en su Elohiym! 11 He aquí, todos vosotros que encendéis un fuego, que os rodeáis de chispas, andad a la luz de vuestro fuego, y de las chispas que habéis encendido. Esto recibiréis de mi mano: En tormento yaceréis.

CAPÍTULO 51

OÍDME vosotros que seguís la justicia; vosotros que buscáis a Yahuah; mirad a la Roca de donde sois tallados, y a la cantera de donde vosotros sois cortados. 2 Mirad a ‘El-Avraham, vuestro padre, y a ‘El-Sarah que te dio a luz; porque lo llamé solo, y lo bendije y lo multipliqué. 3 Porque Yahuah consolará a Tsiyón. Él consolará todos sus lugares desolados; y hará su desierto como el Edén y su yermo como el jardín de Yahuah; gozo y alegría se encontrarán allí; acción de gracias y voz de melodía.

BESORÁH: Yojanon (Juan) 13:31 - 15:27

Cuando él hubo salido, Yahusha dijo: “Ahora es glorificado el Hijo de A’dam y Elohiym es glorificado en él. 32 Si Elohiym es glorificado en él, Elohiym también lo glorificará en sí mismo y enseguida lo glorificará. 33 Hijitos, aún un poco más estoy con vosotros. Me buscaréis, pero como dije a los yahudiym, donde yo voy, vosotros no podéis venir; por tanto, ahora os digo: 34 Un nuevo mandamiento os doy: que os améis unos a otros; como yo os he amado, que así también os améis unos a otros. 35 Por esto, todos sabrán que sois mis talmidiym: si tenéis amor unos por otros.”

36 Shim`on Kefa le dijo: “Adonai, ¿a dónde vas?” Yahusha le respondió: “A dónde yo voy tu no me puedes seguir ahora; mas me seguirás después.” 37 Kefa le dijo: “Adonai, ¿por qué no te puedo seguir ahora? Mi vida pondré por ti.” 38 Yahusha le respondió: “¿Pondrás tu vida por mí? Amein, Amein, te digo que no cantará el gallo hasta que me hayas negado tres veces.”

CAPÍTULO 14

“NO OS turbéis en vuestros corazones; creéis en Elohiym, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre hay muchas mansiones, si no fuera así os lo hubiera dicho. Voy a preparar lugar para vosotros. 3 Y si voy a preparar lugar para vosotros, regresaré de nuevo y os recibiré conmigo; de modo que donde yo esté, allí también estéis vosotros. 4 Sabéis a dónde voy y sabéis el camino.” 5 Ta’om le dijo: “Adonai, si no sabemos para dónde vas; ¿cómo podremos saber el camino?” 6 Yahusha le dijo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; nadie viene al Padre, sino por mí. 7 Si me habéis conocido, habréis conocido también al Padre; y de ahora en adelante lo conocéis y lo habéis visto.” 8 Felipe le dijo: “Adonai, muéstranos al Padre y nos basta.” 9 Yahusha le dijo: “¿He estado tanto tiempo con vosotros, y aún no me has conocido, Felipe?, el que me ha visto, ha visto al Padre; entonces ¿cómo dices aún: ¿muéstranos al Padre? 10 ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mí mismo, mas el Padre que vive en mí, Él hace las obras. 11 Creedme que yo estoy en el Padre y el Padre en mí; o al menos creedme por causa de las obras mismas. 12 Amein, Amein; os digo que el que cree en mí, las obras que yo hago, él también las hará; e incluso mayores obras que estas hará, porque yo voy a mi Padre. 13 Y todo lo que pidiereis en mi nombre, eso haré de modo que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14 Si pidiereis cualquier cosa en mi nombre, yo la haré.”

15 “Si me amáis, guardad àú mis mandamientos. 16 Y oraré al Padre, y os dará otro Consolador para que habite con vosotros para siempre, 17 el Ruaj Emeth, el cual el mundo no puede recibir porque no lo ve, ni tampoco lo conoce; mas vosotros lo conocéis porque habita con vosotros y estará en vosotros. 18 No os dejaré sin consuelo, vendré a vosotros. 19 Aún un poco más de tiempo y el mundo no me verá más, pero vosotros me veréis; porque vivo, vosotros también viviréis. 20 En aquel día sabréis que estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. 21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, es amado por mi Padre y yo le amaré y me manifestaré a él.” 22 Yahudáh le dijo, no el Iysh­qiryot: “Adonai, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros y no al mundo?” 23 Yahusha respondió y le dijo: “Si alguno me ama, guardará àú mis palabras, y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos nuestra morada con él. 24 Aquel que no me ama, no guarda àú mis palabras; y las palabras que escucháis no son mías, sino del Padre que me envió. 25 Estas cosas os las he dicho aún estando presente entre vosotros. 26 Mas el Consolador, el cual es el Ruaj Ha’Qodesh, a quien el Padre enviará en mi nombre os enseñará todas las cosas y traerá todo a vuestra memoria, todo lo que os he dicho. 27 Paz dejo con vosotros; mi paz os doy; no como la da el mundo, os la doy. Que vuestro corazón no se perturbe, ni tampoco tema. 28 Habéis oído como os dije: me voy y vengo de nuevo a vosotros. Si me amarais, os regocijaríais porque dije: voy al Padre, porque mi Padre es mayor que yo. 29 Y ahora os lo he dicho antes de que suceda para que cuando pase, creáis. 30 De aquí en adelante no hablaré mucho con vosotros porque el príncipe de este mundo viene, y nada tiene en mi; 31 mas para que el mundo sepa que amo al Padre y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vámonos de aquí.”

CAPÍTULO 15

“YO SOY la Vid verdadera y mi Padre es el labrador. 2 Toda rama que en mí no da fruto, Él la quita; y toda rama que da fruto, la limpia para que produzca más fruto. 3 Ahora, estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí y yo en vosotros. Como la rama no puede producir fruto por sí misma, a menos que permanezca en la vid, así tampoco vosotros sino permanezcáis en mí. 5 Yo soy la Vid; vosotros sois las netseriym; el que permanece en mí y yo en él, este produce mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer. 6 El que no permanece en mí, es cortado como rama y se seca, y las recogen, las arrojan al fuego y arden. 7 Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseéis y os será hecho. 8 En esto mi Padre es glorificado, en que produzcáis mucho fruto; entonces seréis mis talmidiym. 9 Como el Padre me ha amado, así os he amado; permaneced en mi amor. 10 Si guardáis àú mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado àú los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. 11 Estas cosas os he dicho para que mi gozo permanezca en vosotros, y que vuestro gozo sea completo. 12 Este es mi mandamiento: que os améis unos a otros como yo os he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que este: que uno entregue su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos si àú hacéis lo que os mando. 15 De ahora en adelante no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su Adonay; mas os he llamado amigos, porque todas las cosas que he oído de mi Padre os las he dado a conocer. 16 No me habéis escogido vosotros a mi; mas yo os escogí a vosotros y os he dispuesto para que vayáis y produzcáis fruto y para que vuestro fruto permanezca; y todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, os sea otorgado. 17 Estas cosas os ordeno: que os améis unos a otros. 18 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros. 19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo, àú pero por cuanto no sois del mundo, mas os he escogido para sacaros del mundo, por lo tanto el mundo os aborrece. 20 Recordad àú la palabra que os dije: el siervo no es superior a su adoniy. Si me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado àú mi palabra, así mismo guardarán àú la vuestra. 21 Mas todas estas cosas os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió. 22 Si yo no hubiera venido, y no les hubiera hablado, no hubieran tenido pecado, mas ahora no tienen pretexto para su pecado. 23 El que me aborrece, también a mi Padre aborrece. 24 Si no hubiera hecho delante de ellos las obras que ningún otro hombre ha hecho, no hubieran tenido pecado; mas ahora las han visto y aún así nos han aborrecido tanto a mí como a mi Padre. 25 Pero es para que la palabra que está escrita en las Escrituras sea cumplida:

Me aborrecieron sin causa alguna.

26 Mas cuando el Consolador haya llegado, el cual os enviaré del Padre, el Ruaj Emeth, el cual procede del Padre, él testificará de mí; 27 y también vosotros daréis testimonio porque habéis estado conmigo desde el principio.”

 

 

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