Nuestra historia

El Grupo Cefer de Publicaciones (The Cepher Publishing Group) es una asamblea de creyentes que se han unido para traer al mundo la Palabra completa de las Escrituras antiguas en forma impresa. A finales de la década de los 90, el Dr. Stephen Pidgeon, fundador del grupo, descubrió que faltaban muchos libros y textos de la colección de libros llamada Biblia. Por ejemplo, la Biblia hace referencia al Libro de Jaser y a otros, como el Libro de Ido y el Libro de Natán. Adicionalmente, la Septuaginta proporcionó una serie completa de libros que anteriormente se habían incluido en la Biblia, pero que luego fueron extraídos de ella. (Vea nuestra tabla comparativa de las Escrituras).

El Dr. Pidgeon comenzó a leer no solo los libros designados como Apócrifos, sino también otros libros como los que fueron encontrados en los Rollos del Mar Muerto. A principios del 2002, comenzó a recopilar su propia colección para su uso personal, que también incluía el Libro de los Jubileos y el Libro de Enoj. En 2006, el Dr. Pidgeon y uno de sus socios, Brad Huckins, compartieron información sobre varias ediciones actuales de la Biblia y discutieron la precisión de esas traducciones. Descubrieron que ellos tenían un interés común en la búsqueda de la verdad esencial de las Escrituras. A finales del 2008, Stephen sugirió por primera vez que la copia de dominio público de la Biblia King James de 1611 (Versión autorizada) se actualizara para minimizar el inglés arcaico. Esto dio como resultado que el primer archivo digital sirviera como una línea de base para las escrituras en el libro que ahora llamamos את CEFER.

Este proceso de corrección y la voluntad de emprender esta tarea desencadenaron la dirección del RUAJ HA'QODESH en nuestras vidas, lo que ha brindado una motivación duradera para las decenas de miles de horas que hemos empleado para continuar esta misión.

Hubo notorios errores de traducción, términos y frases obsoletas en la KJV y comenzamos a descifrar algunos de estos. En nuestra investigación, descubrimos que el cuerpo principal de la KJV había utilizado el texto de Ginebra 1560 como su línea de base. Y luego de más investigaciones, descubrimos que los intérpretes del texto de Ginebra (Juan Calvino y su hermano) en parte, se basaron en la Biblia de Tyndale que la precedió, quien a su vez se basó en el trabajo de Wycliffe. Y así ha sido la progresión del texto en el idioma inglés.

Sin embargo, todos estos intérpretes se fundamentaron en textos previamente existentes tanto en el griego como en el hebreo. Los intérpretes “Protestantes”, de manera significativa, no se basaron en la Vulgata Latina que era provista en ediciones limitadas por la Iglesia Católica Romana. En cambio, estos intérpretes comenzaron a confiar en los textos que se recibieron en Europa después del colapso del Imperio Bizantino, el cual sucumbió en 1453 cuando los otomanos conquistaron Constantinopla. Muchos escritos griegos se pusieron a disposición de los estudiosos en Europa (en particular, Desiderio Erasmus, quien trabajó diligentemente para darnos una versión griega de los textos en solo dos años). Como resultado de este evento fortuito, se empezaron a preparar varias ediciones, cada una corrigiendo los errores tipográficos e interpretativos de la anterior; así el Stephanus Textus Receptus finalmente evolucionó, el cual a su vez, aunque no era libre de errores, tenía un texto confiable del cual el inglés podría derivarse, así que los intérpretes se encargaron de inmediato de la tarea.

Utilizamos el Stephanus Textus Receptus como nuestra guía definitiva para determinar el lenguaje del Nuevo Testamento. Sin embargo, a menudo usamos la Septuaginta (LXX) como una herramienta de referencia para interpretar la versión en inglés, puesto que tenemos muchos términos que aparecen en el antiguo griego, que han proporcionado un entendimiento general de los nombres en el Antiguo Testamento, los cuales a su vez, pueden ser transferidos al Nuevo Testamento y ser respectivamente transliterados (por ejemplo, el nombre Ἰησοῦς utilizado por los escritores de la Septuaginta para identificar a Joshua en el Antiguo Testamento).

Transliteration

Ejemplo:

La palabra hebrea original es (יְהוֹשׁעַ) Yahusha (H3091)
Traducido por la LXX al griego como (Ἰησοῦς) Iesous
Traducido por intérpretes de inglés como Iesus (KJV-AV; Ginebra; Tyndale)
Ἰησοῦς se encuentra en el NT griego (Stephanus TR)
Ἰησοῦς (Stephanus TR) se compara con Ἰησοῦς (uso LXX)
Luego se determina el uso común del término Ἰησος en inglés (LXX)
El uso común en inglés del término Ἰησοῦς encontrado en la LXX es Joshua
El Ἰησοῦς en la LXX se compara con su uso en hebreo (masorético)
Masorético (יְהוֹשׁעַ) luego se transliteró para producir YAHUSHA (H3091)

En nuestro trabajo, nos referimos primariamente al Textus Receptus (el Stephanus en griego y el Masorético en hebreo) en lugar de los resúmenes de Strong, pero revisamos los términos en cuestión utilizando la Concordancia Griega de Strong, el Léxico Griego de Thayer y otros Léxicos Griegos, incluyendo varios diccionarios griegos en la Internet y a menudo hacemos comparaciones usando la Septuaginta.

Inicialmente, confiamos en el texto hebreo masorético para los libros comunes que se encuentran en el Antiguo Testamento (los 39 libros del Tanaj). Sin embargo, nuestra investigación no se limita principalmente a las nikkud (la adición de los símbolos vocálicos al texto) con el propósito de cifrar el hebreo subyacente, porque creemos que las nikkud son un recurso interpretativo, y no una interpretación textual. En otras palabras, la construcción de vocales masoréticas inflige una visión del significado de la escritura, que puede o no ser verdadera. Al evitar las nikkud, hemos encontrado muchas cosas en la Toráh y en otros lugares para revelar una verdad completamente nueva. No obstante, hacemos referencia a la Concordancia Hebrea de Strong, y confiamos en parte en el Léxico Hebreo de Brown & Driver & Briggs; también comparamos el uso del hebreo en el Antiguo Testamento con el uso correspondiente en la Septuaginta (LXX) que se encuentra en griego, y nos hemos basado en las traducciones de esta para las obras apócrifas. Cuando llegamos a una dificultad, también usamos el análisis de PaRDeS para determinar el significado de una palabra, o incluso una letra en hebreo.

Como el lector lo puede imaginar, cuando comenzamos este proceso, simplemente nos quedamos atónitos ante lo que encontramos. Primero, los nombres más importantes en la Biblia actual no habían sido traducidos, ni siquiera transliterados. ¡En su lugar, hallamos que los nombres habían sido sustituidos! Encontramos esto alarmante, particularmente a la luz de las referencias de las Escrituras que declaran, expresan y publican El Nombre. Así fue que decidimos agregar el Nombre Sagrado al texto, lo cual no fue una tarea fácil. Hasta este día, El Cefer es la única publicación en el mundo que establece la pronunciación del nombre sagrado en el idioma inglés. Fuimos mal guiados por el texto masorético y tuvimos que llegar a nuestra propia conclusión: que El Nombre se pronuncia correctamente YAHUAH. Creemos que esta conclusión está corroborada en la enseñanza de Josefo (el primer historiador moderno que también fue testigo ocular de las prácticas del Segundo Templo y su destrucción), quien escribió lo siguiente:

Josefo, La Guerra De Los Judios

Sucedía que el sumo sacerdote también subía con ellos; de hecho, no siempre, sino en los días séptimos [el Shabbath común] y en las lunas nuevas [primera, cuarta, séptima (Rosh Hashannah) y décima], y si ocurrían festivales que pertenecen a nuestra nación, que celebramos todos los años. Cuando él oficiaba, usaba un par de calzoncillos que se extendían por debajo de las partes íntimas hasta llegar a los muslos, y tenía una prenda interior de lino, junto con otra prenda azul, redonda, sin costura, con trabajo de flecos [tsiyt-tsiyt], que llegaba a los pies. También había campanas de oro que colgaban de las franjas, y granadas entremezcladas entre sí. Las campanas significaban truenos, y las granadas relámpagos. Pero esa faja que ataba la prenda al pecho estaba bordada con cinco hileras de varios colores, de oro y púrpura y escarlata, como también de lino fino y azul, y con estos mismos colores también eran bordados los velos del templo. Además, el bordado era semejante al que estaba sobre el efod; pero la cantidad de oro en él era mayor. Su figura era la de un corsé para el pecho. Había sobre él dos botones dorados como pequeños escudos, que abotonaban el efod a la prenda; en estos botones estaban engastadas dos grandes y excelentes sardonias, con los nombres de las tribus de esa nación grabadas sobre ellas: en la otra parte colgaban doce piedras, tres en forma de fila y cuatro en el otro sentido; un sardio, un topacio, y una esmeralda; un rubí, un jaspe y un zafiro; un ágata, una amatista, un jacinto; un ónice, un berilo y un crisolito; en cada uno de los cuales estaba grabado de nuevo uno de los nombres  de las tribus [el urim y el tumim]. Una mitra también de lino fino que abarcaba su cabeza, que estaba atada por una cinta azul, sobre la cual había otra cinta de oro, en la que estaba grabado El Nombre sagrado [יהוה]: que consiste en cuatro consonantes. Sin embargo, el sumo sacerdote no usaba estas prendas en otras ocasiones, sino un atuendo más simple; y solo lo hacía cuando ingresaba a la parte más sagrada del templo, que era solo una vez al año y en ese día era nuestra costumbre mantenernos en ayuno a ELOHIYM.

Estamos convencidos de que las cuatro vocales aquí son ĒĂŪĂ que se transcriben como YAHUAH. Podemos ver de inmediato que la transcripción del tetragrámaton [יהוה] corresponde a la del griego Ἰησοῦς (Iesous), el inglés Lesus, pero se usa como la traducción griega del inglés Joshua, y la transliteración del inglés Joshua (Ἰησοῦς) a Yahusha para identificar correctamente el Mesías como YAHUSHA (pronunciado ĒĂŪSHĂ).

Una vez que llegamos a esta conclusión para transliterar el nombre sagrado (y los nombres), decidimos traducir correctamente todos los otros nombres en el texto. ¡Esto dio lugar a más de 3800 cambios de nombre! Nuevamente, nos sorprendió lo que aprendimos porque todos los nombres tienen un significado particular ¡lo que revela mucho más!

También hemos realizado otros cambios que creemos son más consistentes con el texto subyacente. Algunos de estos tienen una importancia crítica. Por ejemplo, casi todas las Biblias en inglés hacen referencia a "Lucifer" como el "hijo de la mañana" en Isaías (Yesha’yahu) 14:12. Esta referencia ha confundido a muchos creyentes porque al Salvador se le conoce como la Estrella de la Mañana en Apocalipsis (Chizayon) 2:28; 22:16. Nuestra revisión indica que el nombre "Lucifer" no es una traducción o transcripción, sino una sustitución, que consideramos inaceptable. Además, cada Biblia que hemos visto en realidad omite una palabra en este pasaje, y esa palabra significa "aullido". En el את Cefer, no hay confusión entre Heylel que es estrella de la mañana (Yahusha HaMashiach) e hijo de la mañana aullando. Hay más discusión sobre este tema en los blogs.

Otra dificultad que encontramos es la genealogía establecida en Mateo (Mattithyahu) 1. Esta genealogía es la de María (Miryam), y no la de su esposo José (Yosef), cuya genealogía se describe en Lucas (Luqus) 3, ¡y es un linaje diferente! Cuando contamos las generaciones tal como están dadas en el texto, que deben ser 14, 14 y 14, se encuentra que el último grupo es de solo 13 nombres en todas las Biblias en español. Después de nuestra revisión de fuentes adicionales del Nuevo Testamento, incluidas las obras apócrifas y la Peshitta (el NT arameo que precede al griego), encontramos que la palabra subyacente en el hebreo también podría hacer referencia a su padre y no solo a su esposo. Una vez que entendimos que José (Yosef) también era el nombre de su padre, se hizo la corrección y se resolvió la contradicción en el texto.

Mateo (Mattithyahu) 23:1-2 ha sido otro error continuo, usando la palabra "ellos" donde debería ser la palabra "él". Por otro lado, podemos revisar los textos griegos que han sido utilizados durante años y nunca encontraremos la palabra latina "gentil". ¡Qué término tan desorientador ha llegado a ser! Pablo (Sha’ul) usó la palabra griega ethnos, que significa otras personas u otras naciones, pero no significa gentiles. En hebreo, la palabra en singular es goy y en plural goyim, que ha sido traducida por los intérpretes ingleses como nación en la mayoría de las traducciones. Ver Génesis (Bere’shiyth) 48:19.

Otra sustitución crítica que ha sido engañosa para el mundo durante siglos, se encuentra en Apocalipsis (Chizayon) 13:18. Es el número seiscientos sesenta y seis. En muchas de las traducciones modernas, no se aclara que el primer número es seiscientos. Más bien, simplemente establecen 666. Este número no es una traducción o una transliteración, sino una vez más una sustitución. Esta sustitución se basa en la teoría de que los griegos practicaban la gematria y que los números reflejan el orden del alfabeto griego (lo cual no practican ellos). Por lo tanto, el uso de 666 parte de una suposición, basada en el error, al hacer una sustitución en lugar de una traducción. En el את CEFER, encontrarás las fuentes originales en griego; χξς (pronunciado chi, tsi y estigma).

Al revisar el texto, descubrimos que los libros del Antiguo Testamento que hoy conforman la Biblia estaban increíblemente fuera de orden. Por ejemplo, los libros de Esdras y Nehemías (Nejemyahu), que describen la reconstrucción o reedificación del segundo templo y el muro de Jerusalén, generalmente se colocan antes de los Salmos (Tehilliym), que fueron escritos antes de que se construyera el Primer Templo. Tanto el libro de Job (Iyov) como el libro de Daniel (Daniy’el) están fuera de lugar, y por supuesto, nada de eso tuvo sentido una vez que se incorporaron los libros Apócrifos. Teniendo en cuenta que estábamos transliterando todos los nombres, incluyendo los nombres de los libros de la Biblia moderna, se hizo importante encontrar un orden que funcionara.

La decisión se tomó no solo para incluir los libros de los Apócrifos, todos los cuales habían sido incluidos en la lista oficial en el Concilio de Trento, en la Biblia King James de 1611 y en la Biblia de Ginebra de 1560, sino también para incluir el Segundo libro de Baruj (Baruk Sheniy o el Apocalipsis de Baruj), los libros Tercero y Cuarto de los Macabeos (Sheliyshiy y Reviy'iy Makkabiym) y decidimos también incluir los libros de Enoj (Chanok) y Jubileos (Yovheliym); creemos que esta decisión fue justificada dado el número de copias encontradas en Qumran en los Rollos del Mar Muerto, por no mencionar la historia de los libros como parte del Canon en los textos etíopes y siríacos. Finalmente, elegimos incluir el Libro de Jaser (Yashar) debido a la cantidad de referencias dentro de la redacción propia de la Biblia, e incluso la discusión del apóstol Pablo (Sha’ul) de asuntos  que solo se pueden encontrar en el Libro de Jaser.

Cuando lea el את CEFER, observará que los nombres de los libros han sido cambiados por sus títulos hebreos originales. Sin embargo, hemos dejado marcas visibles para ayudarle a encontrar el camino a lo largo del את CEFER, ya que también se hace referencia a cada libro con los nombres que puede reconocer, aunque el orden sea completamente nuevo para Usted.

Algunos nos han preguntado por qué llamamos a esto את CEFER y no una Biblia. La respuesta es que la Biblia moderna y redactada en su totalidad está incluida en el את CEFER, pero también lo son muchas otras escrituras que consideramos indispensables para el creyente. La palabra את CEFER es, en un sentido, un rollo hebreo, aunque en el hebreo se usa para referirse a libro; por lo tanto, estamos llamando a este trabajo “El Libro”, en lugar de utilizar la palabra “biblia” en referencia a la ciudad pagana Biblos.

El Nuevo Testamento también ha sido objeto de revisión para ser completado, aunque no hemos agregado ningún libro a los 27 identificados, los cuales a principios del siglo IV fueron definidos como el Nuevo Testamento. Nosotros, por supuesto, ya no distinguimos entre antiguo y nuevo testamento, sino que clasificamos las Escrituras de manera muy diferente, separando la Toráh, de los Sheniy Ceferiym (Segundo Libro); los Ketuviym (Escritos), de los Nevi'iym (Profetas); los Sheniy Heykal (Segundo Templo), de los Trei Asar (Los Doce); el Besorah (Evangelios Sinópticos), de Ma 'asiym (Hechos); y los Ceferiym Talmidiym (Cartas a los discípulos), de los Ceferiym Sha’ul (Cartas de Pablo) y de los Ceferiym Yahujanon (Cartas de Juan). Comenzamos los escritos que pertenecen al Mesías con los Evangelios sinópticos de Mattithyahu (Mateo), Marqus (Marcos) y Luqas (Lucas), y a estos le siguen los libros de los Hechos de los Apóstoles llamados Ma'asiym. En cuanto al libro de los Hechos, a diferencia de todas las otras Biblias en español, hemos incluido su texto completo, que termina con el Capítulo 29 (basado en el Manuscrito de Sonnini y el fragmento de Muratori). A continuación, tenemos los Ceferiym de Ya`aqov (Santiago), Kefas (Pedro) y Yahudáh (Judas). Posteriormente se hallan los escritos de Shaúl.  Finalmente, terminamos con los Ceferiym Yahujanon (los escritos de Juan), incluyendo su Besorah (Evangelio), sus cartas y el Libro de Jizayon (Apocalipsis o Revelación).

En el 2012, hicimos un descubrimiento extraordinario, que fue la omisión de la expresión את Alef Tav en prácticamente todas las biblias en español. A pesar de que estas dos letras hebreas aparecen más de 7.000 veces en el texto hebreo del Antiguo Testamento, no están registradas en ninguna de las versiones. Descubrimos que estas dos letras son indispensables, por lo que las hemos restaurado de nuevo en el texto. Inicialmente, esta expresión se incluyó solo en los libros del Tanaj; cuando estuvimos en las afueras de la iglesia que se construyó sobre el lugar de nacimiento de Yahujanon el Inmersor (Juan el Bautista) en Ein Karem, Israel (un suburbio de Jerusalén), descubrimos que el את también aparece en el Nuevo Testamento hebreo. Por lo cual dicha expresión את Alef Tav, fue incorporada más de 10,000 veces en el את CEFER.

Este viaje ha sido notable para nosotros en The Cepher Publishing Group. Hemos estudiado detenidamente el texto, una y otra vez, y continuamos haciéndolo en nuestra misión de recopilar y llevar a cabo una restauración completa de las Escrituras sagradas en el idioma español. Es nuestra oración que Ud. sea bendecido al estudiar el את CEFER.

Stephen Pidgeon J.D., PhD.
Presidente y CEO
Cepher Publishing Group, LLC