Hoy escuché en mi espíritu que Yah estaba colocando una corona de espinas en mi cabeza - las espinas del perdón. Se me pidió que considerara cada espina como el dolor infligido en mí, inclusive el más doloroso, y que perdonara a cada persona que me había infligido tal dolor.
Al principio, lo consideré con angustia y miedo, sobre todo cuando oí que me pondrían una corona de espinas en la cabeza. Después comprendí que debía perdonar, incluso las cosas más dolorosas, las que todavía me dolían, como las espinas en el cuero cabelludo.
Así que consideré esto, y mientras lo hacía, me trajo a la mente un versículo de la Escritura:
Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
Marcos 12:31
El mandamiento habla de la igualdad de trato, ¿no es así? Ama a tu prójimo en proporción exacta como te amas a ti mismo. Si es así, entonces es igualmente cierto que debes amarte a ti mismo como a tu prójimo.
Y así se me ocurrió, que debes perdonar a tu prójimo como te perdonas a ti mismo, o en mi caso, perdonarte a ti mismo como perdonas a tu prójimo, pues de todas las personas que han hecho daño, yo soy el que menos posibilidades tiene de recibir el perdón proveniente de mí. Sin embargo, somos perdonados, ¿no es así en la sangre de HaMashiaj?
Por eso entonamos esta canción:
Kadosh, kadosh, ejad, Yisra'el; baruj shemo Adonai
(Santo es el santo de Yisra'el; bendito sea Él, nuestro Adonai)
Shema kole'enu Yahuah Tseva'oth, baruj shemo Adonai
(Escúchanos, Yahuah Tseva'oth, bendito sea Él, nuestro Adonai)
Nasa, nasa, peshai, Yahusha; baruj shemo Adonai
(Perdona, perdona mi pecado, Yahusha; bendito sea Él, nuestro Adonai)
Shema kole'enu Yahuah Tseva'oth, baruj shemo Adonai
(Escúchanos, Yahuah Tseva'oth; bendito sea Él, nuestro Adonai)