Uno de mis favoritos del Cefer es el libro de Zakaryahu, conocido comúnmente como Zacarías. Durante el tiempo que asistí a la iglesia convencional, nunca escuché a nadie predicar sobre este libro, aunque contiene una de las profecías más importantes sobre el Mashíaj que se hayan escrito en la era pre-mesiánica.
Creo que la principal dificultad tiene que ver con el hecho de no entender quién es Josué (Yahusha), y esto debido a que la iglesia adoptó el nombre Jesús, cuya pronunciación proviene del latín Jesu, una derivación del griego Eesuys, un nombre dado por Marción que se asemejaba al grito de aclamación a Zeus en griego. Consecuentemente, en vez de plantear la cuestión de buscar el verdadero nombre se optó por no discutirlo sino dejarlo así.
Sin embargo, de lo que nos ocuparemos ahora es de la raíz de lo que se llama en terminología moderna: SIONISMO, pero lo haremos desde el punto de vista de las Escrituras, no del político.
Zakaryahu (Zacarías) 8:1-17
De nuevo vino a mí palabra de Yahuah Tseva'oth, diciendo: 2 Así dice Yahuah Tseva'oth; He celado a Tsiyón con gran celo; con gran ira la celé. 3 Así dice Yahuah: Me he vuelto a Tsiyón y habitaré en medio de Yerushaláyim. Yerushalayim será llamada Ciudad de la Verdad y el monte de Yahuah Tseva’oth, Monte Kodesh.
4 Así dice Yahuah Tseva’oth: “Aún habrán ancianos y ancianas que morarán en las calles de Yerushaláyim, cada cual con su bastón en la mano por sus muchos días. 5 Y las calles de la ciudad se llenarán de niños y niñas que jugarán en ellas.” 6 Así dice Yahuah Tseva’oth: “Si en aquellos días esto parecerá maravilloso a los ojos del remanente del pueblo, ¿debería ser también maravilloso a mis ojos?” dice Yahuah Tseva’oth.
7 Así dice Yahuah Tseva’oth: He aquí, Yo rescataré aאת mi pueblo de la tierra del oriente y del occidente. 8 Y los traeré, y habitarán en medio de Yerushaláyim; y ellos serán mi pueblo, y Yo seré su Elohiym en verdad y en justicia.
9 Así dice Yahuah Tseva’oth: ¡Fortaleced vuestras manos! Vosotros que en estos días oís את estas palabras por boca de los profetas, las cuales fueron dichas el día en que fueron puestos los cimientos de la Casa de Yahuah Tseva’oth, para la reconstrucción del Templo. 10 Porque antes de estos días no había salario para el hombre, ni paga para la bestia; a causa de la aflicción no había paz alguna para el que salía o entraba, pues Yo incité aאת todos los hombres, cada cual contra su prójimo.
11 Pero ahora no seré con el remanente de este pueblo como en los días pasados, dice Yahuah Tseva’oth. 12 Porque la siembra prosperará, la vid rendirá su fruto, la tierra daráאת su producto, y los cielos darán su rocío; y haré que el resto de este pueblo posea todas estas cosas. 13 Y acontecerá, oh casa de Yahudáh y casa de Yashar’el, que así como fuisteis maldición entre las naciones; así os salvaré y seréis bendición. ¡No temáis, mas fortaleced vuestras manos!
14 Porque así dice Yahuah Tseva’oth: “Como pensé castigaros cuando vuestros padres me provocaron a ira,” dice Yahuah Tseva’oth, “y no me arrepentí, 15 así he decidido volver a hacer bien aאת Yerushalayim y a את la Casa de Yahudáh en estos días. ¡No temáis!” 16 “Estas son las cosas que haréis: Hablad cada cual Verdad con את su prójimo; impartid juicio verdadero y justicia de paz en vuestras puertas; 17 ninguno de vosotros pienseאת mal en su corazón contra su את prójimo, ni améis el juramento falso; porque todas estas cosas aborrezco,” dice Yahuah.
Así que aquí tenemos la profecía sobre el remanente del pueblo, lo que plantea la pregunta, ¿Cuál pueblo? Tenemos la respuesta en el versículo 15: “He pensado en estos días hacer bien a Yerushaliym y a la Casa de Yahudah” (Judá en algunos textos, es decir, los judíos). Obtenemos aún mayor claridad cuando leemos el versículo 7: "He aquí, salvaré a mi pueblo del país del oriente (la Casa de Pérez - los Ashkenazi), y del país del occidente (la Casa de Zeraj - los Sefarditas)". Tráelos, y habitarán en medio de Yerushalaiym; y serán mi pueblo, y yo seré su Elohiym, en verdad y justicia.”
¡Qué declaración! ¡Qué palabra! ¿Se ha cumplido esto en la época moderna? Seguramente que sí, y puedo decirlo como testigo de primera mano. Sí, vi ancianos y ancianas caminando por King George, algunos hombres con bastones caminando por las calles. Sí; vi chicos y chicas jugando en la calle... (Bueno, ese día en realidad estábamos perdidos y andábamos preguntando cómo encontrar nuestro lugar de hospedaje y desayuno). Mas todo esto es cierto, ha sucedido desde 1948 y es maravilloso a los ojos del remanente del pueblo que logró sobrevivir al último intento de exterminarlos a todos de la faz de la tierra.
Sin embargo, la promesa es para ambas Casas: la de Yahudah y la de Yisra'el, que serán salvadas en estos tiempos - no para ser maldición entre los paganos, sino para ser bendición; porque Yah hará que la semilla sea próspera, la vid fructífera, la tierra llena de abundancia y los cielos darán su rocío (hasta nieve en Yersushalaiym). ¿Cual es la promesa? "Haré que el resto de este pueblo posea todas estas cosas"
Así que tomemos la amonestación de Yahuah: NO TEMÁIS, SINO FORTALECED VUESTRAS MANOS.