Un pasaje crítico en el besorah de Mattithyahu (Mateo), permanece constante en mi espíritu, mientras el Padre renueva su sabiduría y gobierna nuestros asuntos en estas últimas horas de la era del hombre. Comencemos con el preámbulo:
Mattithyahu (Mateo) 11:27
Todas las cosas me son entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre; y nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo desee revelárselo
Todas las cosas le fueron entregadas al Mashíaj por el Padre. ¿Dónde más podemos ver esto?
Yahujanon (Juan) 1:3
Todas las cosas fueron creadas por él; y nada de lo que está hecho, fue hecho sin él.
Vemos aquí que todas las cosas están en manos de Mashiaj en el mundo físico. Ese tema es para otro momento. Pero consideremos al Padre por un momento.
Yeshayahu (Isaías) 63:15-16
Mira desde el cielo y contempla desde la morada de tu santidad (qodesh) y de tu gloria: (tiferah) ¿dónde está tu celo (qinah) y tu fortaleza, (gevurah), la abundancia de tu compasión y de tus misericordias (rahkham) hacia mí?¿Están refrenados? Sin duda Tú eres nuestro Padre, (avinu), aunque Avraham nos ignora, (lo yada) y Yashar’el no nos reconoce: Tú, Oh Yahuah, eres nuestro Padre, (avinu) nuestro Redentor y Tu nombre (shem) es eterno. (olam)
La discusión en Yeshayahu sobre el Padre es interesante, porque él expone algunas de las emanaciones de YAH en esta discusión; a saber, la tiferah, la guevuráh y el jesed (rahkham).
Yeshayahu (Isaías) 64:8
Pero ahora, ¡Oh Yahuah! Tú eres nuestro Padre. Nosotros somos el barro y Tú nuestro alfarero y todos somos obra de tu mano.
Ahora considere de nuevo la frase de que nadie conoce al Hijo, sino el Padre; ninguno conoce al Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo le revelará. Este término en hebreo es yada, pero tener conocimiento es da'ath, otro resplandor de ELOHIYM.
Da'ath (conocimiento), bináh (entendimiento) y jokmah (sabiduría) son las tres radiaciones del Rosh, que es la Deidad que llamamos ELOHIYM, que es YAH en su pluralidad, y estos son inalcanzables excepto a través del Mashiaj.
A partir de este conocimiento, podríamos plantearnos la pregunta: ¿cuánto se requerirá de nosotros para conocer al Padre, para obtener el conocimiento, el entendimiento y la sabiduría del Padre? Afortunadamente, la respuesta se nos da en los siguientes versículos de Mattithyahu:
Mattithyahu (Mateo) 11:28-30
Venid a mi todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, porque soy dócil y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil y ligera es mi carga.”
Este fue un verso que aprendí en ruso y que podía recitar de memoria.
Así que ahora estoy encontrando una manera de regocijarme en la tribulación venidera, porque el yugo del Mashíaj es ciertamente fácil, y Su carga es ciertamente liviana.