20 Abril, 2024 | 12 Ziv (Iyyar)
PARASHÁ: Vayiqra (Levítico) 12:1 - 13:59
HABLÓ Yahuah a Moshéh, diciendo: 2 Habla a los hijos de Yashar’el, diciendo: “Si una mujer ha concebido y diere a luz un hijo varón; entonces será impura siete días, según los días de la separación por su menstruación, será impura. 3 Y al octavo día circuncidará la carne del prepucio del niño, 4 y luego continuará en la purificación de su sangre por treinta y tres días más. No tocará ninguna cosa sagrada, ni entrará en el Santuario, hasta que se cumplan los días de su purificación. 5 Pero si diere a luz una niña, será impura dos semanas, como en su menstruación; y continuará purificándose de su sangre por sesenta y seis días. 6 Cuando se cumplieren los días de su purificación, por un hijo o una hija, ella traerá a la puerta del Tabernáculo de la asamblea, al sacerdote: Un cordero de un año como ofrenda de humo ascendente, y un palomino, o una tórtola, como ofrenda por el pecado. 7 Él los ofrecerá delante de Yahuah y hará expiación por ella, y será limpiada del flujo de su sangre. Esta es la Toráh para la que diere a luz varón o hembra. 8 Y si ella no pudiere traer un cordero, entonces traerá dos tórtolas, o dos palominos; el uno como ofrenda de humo ascendente, y el otro como ofrenda por el pecado. Y el sacerdote hará expiación por ella y será limpia.
CAPÍTULO 13
HABLÓ Yahuah a ‘El-Moshéh y a ‘El-Aharón, diciendo: 2 “Cuando un hombre tuviere en la piel de su cuerpo hinchazón, costra o mancha blanquecina, y hubiere en la piel de su cuerpo como afección de lepra, será llevado al sacerdote ‘El-Aharón o a uno de sus hijos, los sacerdotes. 3 El sacerdote observará את la afección de la piel. Si el vello en la parte afectada se tornó blanco, y la afección parece más profunda que la piel de su cuerpo; es llaga de lepra. El sacerdote lo reconocerá y lo declarará inmundo. 4 Si la decoloración en la piel de su cuerpo es blanca, y a la vista no parece ser más profunda que la piel, y su vello no se tornó blanco; entonces el sacerdote recluirá por siete días al que tiene את la afección. 5 El sacerdote lo observará al séptimo día; y he aquí, si la afección conserva el mismo aspecto, y no se extiende más en la piel; el sacerdote lo recluirá siete días más. 6 El sacerdote lo observará nuevamente al séptimo día, y he aquí, si la afección es algo oscura, y no se ha extendido en la piel, el sacerdote lo declarará limpio. No es más que una costra. Él lavará su ropa y quedará limpio. 7 Pero si la costra se extiende mucho en la piel, después de haber sido observado por el sacerdote para su limpieza, será visto nuevamente por él. 8 Si el sacerdote observa que la costra se ha extendido en la piel, entonces lo declarará impuro; es lepra.
9 Cuando la llaga de la lepra estuviere en un hombre, él será traído al sacerdote. 10 Él lo examinará, y he aquí, si la hinchazón es blanquecina en la piel y el vello se ha tornado blanco, y hay carne viva en la hinchazón, 11 es lepra crónica en la piel de su cuerpo. El sacerdote lo declarará impuro y no lo recluirá, porque es impuro. 12 Y si la erupción brota en la piel cubriendo את toda la piel desde la cabeza hasta el pie, donde quiera que el sacerdote mira, 13 entonces el sacerdote lo examinará, y he aquí, si la afección ha cubierto את todo su cuerpo, declarará limpio את al que tiene la afección, todo se ha vuelto blanco; está limpio. 14 Mas si en él apareciere carne viva, será inmundo. 15 El sacerdote examinará את la carne viva, y lo declarará inmundo. Porque la carne viva es inmunda, es lepra. 16 Pero si la carne viva cambia y se vuelve blanca, él vendrá al sacerdote; 17 quien lo examinará y he aquí, si la afección se tornó blanca, entonces el sacerdote declarará limpio את al que tiene la afección; él está limpio.
18 Si también en la piel, en la cual hubo un forúnculo que se sanó, 19 surge en el lugar del forúnculo una hinchazón clara o una mancha blanca, se mostrará al sacerdote. 20 Y si, cuando el sacerdote la examina, he aquí, parece más profunda que la piel, y su vello se tornó blanco; el sacerdote lo declarará impuro. Es lepra que se originó en el forúnculo. 21 Pero si el sacerdote la examina, y he aquí, no hay vellos blancos en ella, y no parece más profunda que la piel, sino algo oscura; entonces el sacerdote lo recluirá por siete días. 22 Y si se hubiere extendido mucho en la piel, el sacerdote lo declarará impuro; es una llaga. 23 Pero si la mancha blanca se mantiene en su lugar, y no se extiende, es un forúnculo; y el sacerdote lo declarará limpio.
24 Si hay en la piel alguna quemadura de fuego, y en la carne viva de la quemadura hay una mancha blanquecina, rojiza o blanca; 25 el sacerdote la examinará, y he aquí, si el vello en la mancha blanquecina se ha tornado blanco, y a la vista parece más profunda que la piel; es lepra que se originó en la quemadura. Por lo cual el sacerdote lo declarará impuro; es llaga de lepra; 26 pero si el sacerdote la examina, y he aquí, no hay vello blanco en la mancha, y no parece más profunda que la otra piel, sino algo oscura, entonces el sacerdote lo recluirá por siete días. 27 Al séptimo día el sacerdote lo examinará; y si se ha extendido mucho en la piel, el sacerdote lo declarará impuro; es llaga de lepra. 28 Si la mancha permanece en su lugar y no se extiende en la piel, sino que está algo oscura; es inflamación de la quemadura y el sacerdote lo declarará limpio, porque es inflamación de la quemadura.
29 Si un hombre o una mujer tiene una afección en la cabeza o en la barba, 30 entonces el sacerdote examinará את la afección; y he aquí, si parece estar más profunda que la piel y hay allí vello fino amarillento, entonces el sacerdote lo declarará impuro; la erupción seca es lepra sobre la cabeza o la barba. 31 Si el sacerdote examina את la erupción escamosa, y he aquí, no parece más profunda que la piel, ni hay vello negro en ella, entonces el sacerdote recluirá por siete días al que tiene את la afección. 32 Al séptimo día el sacerdote את la examinará, y he aquí, si la erupción escamosa no se ha extendido ni hay en ella vello amarillento, y no pareciere a la vista más profunda que la piel, 33 se rasurará, pero את no se rasurará la afección. El sacerdote recluirá al que tuviere את la erupción escamosa por siete días más. 34 Al séptimo día el sacerdote את la examinará, y he aquí, si no se ha extendido por la piel, ni parece más profunda que la piel; entonces el sacerdote lo declarará limpio. Él lavará sus ropas y quedará limpio; 35 pero si la afección se extiende mucho en la piel después de su purificación, 36 entonces el sacerdote lo examinará, y si se ha extendido por la piel, el sacerdote no buscará vellos amarillentos; es impuro; 37 pero si la afección se ha detenido en su lugar y hay vello negro creciendo en su interior, ha sido curada. Él está limpio y el sacerdote lo declarará limpio.
38 Si un hombre o una mujer tuviere en la piel de su cuerpo manchas claras, manchas blanquecinas, 39 entonces el sacerdote lo examinará, y he aquí, si hay manchas blanquecinas algo opacas en la piel; es un herpes que brota en la piel. Él esta limpio. 40 Si a alguno se le cayere el cabello de la cabeza; es calvo, pero está limpio. 41 Y si se le cayere el cabello de la frente, es calvo en la frente; pero está limpio; 42 mas si en la calva de la coronilla o en la calva de la frente, apareciera una llaga rojiza blanquecina, es lepra que brotó en la calva de la coronilla o de la frente. 43 Entonces el sacerdote lo examinará, y he aquí, si la llaga de la coronilla o de la frente calva pareciere blanca rojiza, como el aspecto de la lepra que aparece en la piel, 44 es un hombre leproso, está impuro. El sacerdote lo declarará totalmente inmundo. La llaga está en su cabeza. 45 Los vestidos del leproso que tuviere la llaga, serán rasgados y rasurará su cabeza. Se cubrirá hasta el labio superior e irá gritando: ¡Inmundo, inmundo! 46 Permanecerá inmundo todos los días que la llaga estuviere en él; está contaminado, habitará solo. Su morada será fuera del campamento.
47 Cuando en una prenda hay infección de lepra, ya sea una prenda de lana o de lino; 48 ya sea en un tejido o trama de lino, o de lana; ya sea en cuero, o en cualquier objeto hecho de cuero, 49 si la mancha es verdosa o rojiza en la prenda, o en el cuero, ya sea en el tejido o en la trama, o en cualquier objeto de cuero; es infección de lepra y se mostrará את al sacerdote. 50 El sacerdote examinará את el objeto que tuviere את la infección y lo aislará por siete días. 51 Al séptimo día observará את la mancha. Si la infección se hubiere extendido en la prenda, ya sea tejido, trama, cuero o en cualquier obra hecha de cuero, la infección es una lepra maligna; es impura. 52 Por lo tanto, quemarás את esa prenda, את ya sea tejido de את lana, lino, o את cualquier cuero donde esté la infección; porque es una lepra maligna. Será quemada en el fuego. 53 Si el sacerdote la examina, y he aquí, la infección no se ha extendido en la prenda, ni en el tejido, ni en la trama, ni en nada de cuero, 54 entonces el sacerdote ordenará que laven את el objeto donde está la infección, y lo aislará por siete días más. 55 Después que el objeto con la infección ha sido lavado, si el sacerdote lo observa, y he aquí, את la mancha de la infección no ha cambiado את su color, aunque la infección no se ha extendido, es inmundo. Lo quemarás en el fuego, ya sea que esté afectado por el derecho o por el revés.
56 Pero si el sacerdote lo examina, y he aquí, parece que la mancha se ha oscurecido después que fue lavada; la cortará del vestido, del cuero, del tejido o de la trama. 57 Si reaparece en la prenda, ya sea en el tejido, en la trama, o en cualquier objeto de cuero, extendiéndose en ellos, quemarás את al fuego aquello en que estuviere la mancha.
58 Pero la prenda de vestir, ya sea tejido o trama, o cualquier objeto de cuero que lavares, si la mancha se remueve de ellos, se lavará por segunda vez y entonces será limpia. 59 Esta es la Toráh de la infección de lepra en una prenda de lana o lino, ya sea tejido o trama, o cualquier objeto de cuero, para declararlo limpio o para declararlo impuro”.
HAFTORÁH: Melekiym Sheniy (2 Reyes) 4:42 - 5:19
Y vino un hombre de Ba`al Shalishah, el cual trajo al varón de Elohiym panes de las primicias, veinte panes de cebada y espigas de grano nuevo. Y él dijo: “Dad al pueblo para que coma”. 43 Y su siervo dijo: “¿Cómo pondré esto delante de cien hombres?” Pero él dijo otra vez: “Dadlo al pueblo para que coma, porque así dice Yahuah: ‘Comerán y sobrará”. 44 Entonces él lo puso delante de ellos, y comieron, y les sobró, conforme la Palabra de Yahuah.
CAPÍTULO 5
NA`AMÁN, capitán del ejército del rey de Aram, era un gran varón, honorable delante de su adoniy, porque por medio de él Yahuah había salvado a Aram. También él era un guerrero valiente, pero leproso. 2 Y escuadrones de los arammiym habían salido y habían llevado cautiva de la tierra de Yashar’el a una pequeña doncella, la cual servía a la mujer de Na`aman. 3 Y dijo ella a su señora: “Quisiera Elohiym que mi adoniy fuera al profeta que está en Shomerón, porque él lo sanaría de su lepra”. 4 Y uno fue y le contó a su adoniy, diciendo: “Así y así dijo la doncella que es de la tierra de Yashar’el”. 5 Y el rey de Aram dijo: “Anda ve, y yo enviaré un cefer al rey de Yashar’el”. Y partió él, llevando consigo diez talentos de plata, seis mil piezas de oro y diez mudas de ropas. 6 Y trajo el cefer al rey de Yashar’el, el cual decía: “Ahora pues, cuando este cefer llegare a ti, he aquí, he enviado a ti a mi siervo את Na'aman, para que tú lo cures de su lepra”. 7 Y sucedió que cuando el rey de Yashar'el leyó את el cefer, rasgó sus vestidos, y dijo: “¿Acaso soy yo Elohiym que mata y da vida, para que este me envíe a un hombre para curarlo de su lepra? Te ruego, considera ahora, y ved cómo busca una disputa contra mí”.
8 Y cuando Eliysha, varón de Elohiym, oyó que el rey de Yashar’el había rasgado את sus vestidos, envió al rey, diciendo: “¿Por qué has rasgado tus vestidos? Que venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Yashar’el”. 9 Entonces Naamán llegó con sus caballos y su carro, y se detuvo a la puerta de la casa de Eliysha. 10 Y Eliysha le envió un mensajero, diciendo: “Anda y lávate siete veces en el Yardán, y tu carne se restaurará y serás limpio”. 11 Pero Na'aman se fue enojado y dijo: “He aquí, ciertamente pensé que él vendría a mi encuentro, y puesto en pie invocaría el nombre de Yahuah Elohayu, y pasando su mano sobre el lugar, sanaría la lepra. 12 ¿No son el Abanah y el Parpar ríos de Damasco, mejores que todas las aguas de Yashar’el? ¿No me lavaría en ellos y seré limpio?” Entonces se volvió y se fue airado. 13 Y se acercaron sus siervos, y le hablaron diciendo: “Padre mío, si el profeta te hubiera ordenado que hicieras una gran cosa, ¿no lo hubieras hecho?, ¿cuánto más, cuando te dice: ‘Lávate y serás limpio?’” 14 Entonces bajó y se sumergió siete veces en el Yardán, según lo dicho por el varón de Elohiym; y su carne se volvió como la carne de un niño pequeño y quedó limpio.
15 Y volvió al varón de Elohiym, él y toda su compañía, y llegando se puso de pie delante de él y dijo: “He aquí, ahora sé que no hay Elohiym en toda la tierra, sino en Yashar'el. Por tanto ahora, te ruego, recibe una presente de tu siervo”. 16 Pero él dijo: “Vive Yahuah, delante de quien estoy, que no recibiré nada”. E insistió en que la tomara, pero él se rehusó. 17 Luego dijo Na’amán: “Te ruego, ¿No se le dará a tu siervo una carga de esta tierra para llevarla en un par de mulas? Porque tu siervo de aquí en adelante no presentará ofrendas de humo ascendente ni sacrificios a otro elohiym, sino a Yahuah. 18 En esto, Yahuah perdone a tu siervo, que cuando entre mi adoniy en la casa de Rimmon para adorar allí, y se apoyare en mi mano, y yo tenga que inclinarme en la casa de Rimmon; cuando me inclinare en la casa de Rimmon, perdone Yahuah a tu siervo por esto”. 19 Y él le dijo: “Ve en paz”. Entonces se apartó de él un poco.
BESORÁH: Marqus (Marcos) 9:14-50
Y cuando llego donde sus talmidiym, vio una gran multitud con ellos y los escribas argumentando con ellos. 15 Y cuando la multitud lo vio, enseguida se emocionaron y corrieron a saludarlo. 16 Y le preguntó a los escribas: “¿Qué argumentáis con ellos?” 17 Y uno de entre la multitud, respondió y dijo: “Rabbi, te he traído a mi hijo, que tiene un ruaj mudo;[1] 18 y donde quiera que se apodera de él, convulsiona, echa espuma, y cruje los dientes; se está consumiendo. Y hablé con tus talmidiym para que lo echaran y no pudieron”. 19 Le respondió, y dijo: “¡Oh nación infiel! ¿Cuánto tiempo debo estar con vosotros? ¿cuánto tiempo os debo soportar? Traedlo a mí”. 20 Y se lo trajeron y tan pronto el ruaj lo vio, el joven convulsionó, cayó a tierra y se revolcó espumeando. 21 Y preguntó al padre: “¿Hace cuánto tiempo le sucede esto?” Y dijo: “Desde niño, 22 y muy a menudo lo tira al fuego, o a las aguas, para destruirlo, pero si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos”. 23 Yahusha le dijo: “Si puedes creer, todas las cosas son posibles para el que cree”. 24 Y enseguida el padre del muchacho gritó y dijo con lágrimas: “¡Adonai, yo creo! Ayuda mi incredulidad”. 25 Cuando Yahusha vio que la gente venía corriendo en multitud, reprendió al ruaj inmundo, diciéndole: “¡Tú, ruaj mudo y ciego, te ordeno que salgas de él y no entres más en él!” 26 Y el ruaj clamó, convulsionó y salió de él, y parecía como muerto, tanto así que muchos dijeron: “¡está muerto!” 27 Pero Yahusha lo tomó de la mano, y lo levantó; y se paró. 28 Y cuando había entrado a la casa, sus talmidiym le preguntaron en privado: “¿Por qué no pudimos echarlo?” 29 Y les dijo: “Esta clase solo sale con oración y ayuno”.
30 Y salieron de allí, y atravesaron el Galiyl; y no quiso que nadie lo supiera, 31 porque enseñaba a sus את talmidiym, y les decía: “El Hijo de A’dam es entregado en manos de hombres, para que lo maten, y después de muerto, resucitará en el tercer día”. 32 Pero no entendieron estas palabras y את tuvieron miedo de preguntarle.
33 Y llegó a Kafarnajum, y estando en la casa les preguntó: “¿Qué era lo que os preguntabais en el camino?” 34 Pero permanecieron callados, porque discutían quien debía ser el más importante. 35 Se sentó y llamó a los doce, y les dijo: “Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el último de todos y el siervo de todos”. 36 Y tomó un niño y lo puso en medio de todos, y lo tomó en sus brazos y les dijo: 37 “El que recibe a uno de estos niños en mi nombre, me recibe a mí; y el que me recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió”.
38 Y Yojanon le respondió, diciendo: “Rabbi,[2] vimos a uno echando demonios en tu nombre, pero no nos sigue, y se lo prohibimos, porque no nos sigue”. 39 Mas Yahusha dijo: “No se lo prohibáis, porque no hay hombre que haga milagros en mi nombre, que pueda hablar maldad contra mí; 40 porque el que no está contra nosotros, está con nosotros. 41 Entonces el que os de una copa de agua para beber en mi nombre, porque pertenecéis al Mashiaj, de cierto os digo, no perderá su recompensa. 42 Y el que haga tropezar a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor le sería que le ataran una gran piedra a su cuello y ser echado al mar. 43 Y si tu mano te hace tropezar, córtala; es mejor para ti, entrar a la eternidad manco, que tener dos manos y entrar a Gey Hinnom,[3] al fuego que nunca se apaga,
44 donde los gusanos no mueren, y el fuego no se apaga.[4]
45 Y si tu pie te hace tropezar, córtalo; es mejor para ti, entrar cojo a la eternidad, que tener dos pies y ser echado a Gey Hinnom, al fuego que nunca se apaga,
46 donde los gusanos nunca mueren, y el fuego no se apaga.
47 Y si tu ojo te hace tropezar, sácalo; es mejor para ti, entrar al Reino de Elohiym con un ojo, que tener dos ojos y ser tirado a Gey Hinnom,
48 donde los gusanos no mueren, y el fuego no se apaga.
49 Porque todos serán salados con fuego, y todo sacrificio será salado con sal. 50 La sal es buena, pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué la sazonaréis? Tened sal en vosotros mismos, y tened paz los unos con los otros.
[1] Espíritu.
[2] Maestro.
[3] Ghehennah. El valle de Hinnom; figurativamente, el lugar del castigo eterno.
[4] Yesha`yahu (Isaías) 66:24.