23 Marzo, 2024 | 13 Aviyv (Niycan)
PARASHÁ: Shemoth (Éxodo) 12:1-51
HABLÓ Yahuah a ‘El-Moshéh y a ‘El-Aharón en la tierra de Mitsrayim, diciendo: 2 “Este mes os será principio de los meses. Será el primer mes del año para vosotros.”
3 “Hablad a toda la asamblea de Ya-shar'el, diciendo: ‘En el décimo día de este mes cada uno llevará un cordero, según sus casas paternas, un cordero por casa. 4 Y si la familia es emasiado pequeña para el cordero, que él y su vecino inmediato lo tomen según el número de las personas. Conforme el comer de cada uno haréis la cuenta sobre el cordero. 5 Vuestro cordero será sin defecto, macho de un año. Lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. 6 Lo guardaréis hasta el día catorce del mismo mes, y toda la multitud de la asamblea de Yashar'el lo matará al atardecer. 7 Y tomaréis de su sangre y la untaréis en los dos postes y en el dintel de las casas donde lo comeréis. 8 Y aquella noche comeréis את la carne asada al fuego con matstsah; y con hierbas amargas lo comeréis. 9 No comáis de él nada crudo, ni hervido con agua, sino asado al uego; junto con su cabeza, sus patas y sus vísceras. 10 No dejaréis nada de él para la mañana; y lo que quedare de él, lo quemaréis con fuego a la mañana siguiente.”
11 “Y lo comeréis así: Con vuestros lomos ceñidos, vuestro calzado en vuestros pies y con vuestro bastón en vuestra mano. Lo comeréis apresuradamente. Es Pecaj de Yahuah. 12 Porque pasaré por la tierra de Mitsrayim esta noche, y heriré a todos los primogénitos en la tierra de Mitsrayim, tanto de hombres como de bestias; y ejecutaré mis juicios contra todos los elohiym de Mitsrayim. Yo soy Yahuah. 13 Y la sangre os será como señal en las casas donde vosotros estéis y cuando vea את la sangre, pasaré de vosotros y no habrá sobre vosotros plaga de mortandad para destruiros cuando hiera la tierra de Mitsrayim. 14 Y este día será para vosotros un memorial; y lo celebraréis como una solemnidad a Yahuah a través de vuestras generaciones. Lo celebraréis por estatuto perpetuo. 15 Siete días comeréis matstsah. El primer día sacaréis la levadura de vuestras casas; porque todo el que comiere jamets desde el primer día hasta el séptimo día, esa persona será cortada de Yashar’el. 16 Y en el primer día habrá asamblea qadosh. Asimismo, el séptimo día habrá asamblea qadosh para vosotros. No se hará en ellos ningún trabajo, excepto lo que cada uno haya de comer. Solo esto podréis hacer. 17 Guardaréis את la Fiesta de Matstsah; porque en este mismo día saqué את vuestras huestes de la tierra de Mitsrayim. Por tanto, guardaréis este día por estatuto perpetuo en vuestras generaciones.”
18 “En el mes primero comeréis matstsah, a los catorce días del mes, por la tarde, hasta el vigésimo primer día del mes, al atardecer. 19 Durante siete días no se hallará jamets en vuestras casas; porque cualquiera que comiere jamets, ya sea extranjero o natural de la tierra, será cortado de la asamblea de Yashar’el. 20 No comeréis nada con jamets. En todas tus moradas comeréis matstsah.”
21 Entonces Moshéh llamó a todos los ancianos de Yashar’el y les dijo: “Sacad y tomad corderos de acuerdo con vuestras familias, y sacrificad el Pecaj. 22 Tomaréis un manojo de hisopo y lo sumergiréis en la sangre que está en la vasija, y untaréis el dintel y los dos postes con la sangre que está en la vasija; y ninguno de vosotros saldrá a la puerta de su casa hasta la mañana. 23 Porque Yahuah pasará hiriendo a את los mitsriym; y cuando vea את la sangre en el dintel y en los dos postes, Yahuah pasará de aquella puerta, y no dejará que el destructor entre a sus casas para herirlos. 24 Guardaréis pues, esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre. 25 Y acontecerá que cuando hayáis entrado a la tierra que Yahuah os dará, según lo que os ha prometido, guardaréis este ritual. 26 Y sucederá que cuando vuestros hijos os digan: ‘¿Qué significa este ritual para vosotros?’ 27 Vosotros responderéis: ‘Este es el sacrificio de Pecaj de Yahuah, el cual pasó por alto las casas de los hijos de Yashar’el en Mitsrayim, cuando hirió a את los mitsriym, y libró את nuestras casas.” Y el pueblo inclinó la cabeza y adoró. 28 Y los hijos de Yashar’el salieron e hicieron conforme Yahuah había mandado a את Moshéh y Aharón. Así lo hicieron.
29 Y aconteció que a medianoche Yahuah hirió a todos los primogénitos en la tierra de Mitsrayim, desde el primogénito de Far`oh que estaba sentado en su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la mazmorra, y todos los primogénitos del ganado. 30 Y se levantó Far`oh en la noche, él y todos sus siervos, y todo los mitsriym. Y hubo un gran clamor en Mitsrayim; porque no había una casa donde no hubiera un muerto.
31 Y llamó a Moshéh y a Aharón de noche, y dijo: “¡Levantaos y salid de entre mi pueblo! Tanto vosotros como los hijos de Yashar’el. Id y servid a את Yahuah, como habéis dicho. 32 Tomad también vuestras ovejas y vuestros rebaños, como habéis dicho. Marchaos y bendecidme a mí también.” 33 Y los mitsriym apremiaban al pueblo, para expulsarlos de la tierra a toda prisa, porque decían: “Todos somos muertos.” 34 Y el pueblo tomó את sus masas antes de que fueran leudadas, sus masas amarradas en sus ropas sobre sus hombros. 35 Y los hijos de Yashar’el hicieron conforme a la palabra de Moshéh; y pidieron utensilios de plata, de oro y vestiduras de los mitsriym. 36 Y Yahuah le dio את favor al pueblo a los ojos de los mitsriym, para que les dieran todas las cosas que pedían. Así despojaron a את los mitsriym.
37 Los hijos de Yashar’el partieron desde Ra'amcec a Cukkoth, unos seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. 38 Subió también con ellos una gran multitud mixta; y rebaños, manadas, y una gran cantidad de ganado. 39 Y hornearon matstsah de את la masa que sacaron de Mitsrayim, que no estaba leudada; porque al ser expulsados de Mitsrayim no pudieron demorarse, ni se habían preparado provisión alguna.
40 Ahora bien, el tiempo que los hijos de Yashar’el, habitaron en la tierra de Mitsrayim y en la tierra de Kena`an, ellos y sus padres, fueron cuatrocientos treinta años. 41 Y al final de los cuatrocientos treinta años, en ese mismo día, sucedió que todas las huestes de Yahuah salieron de la tierra de Mitsrayim. 42 Esta es una noche que se debe observar para Yahuah por haberlos sacado de la tierra de Mitsrayim. Esta es la noche de Yahuah que debe ser guardada por todos los hijos de Yashar’el en sus generaciones.
43 Y Yahuah dijo a Moshéh y a Aharón: “Esta es la ordenanza de Pecaj: No comerá de ella ningún extraño. 44 Sin embargo, todo siervo comprado por dinero, cuando lo hayas circuncidado, entonces comerá de ella. 45 Ni el extranjero ni el jornalero, comerán de ella. 46 Se comerá en la misma casa. No sacarás la carne fuera de la casa, ni quebraréis hueso suyo. 47 Toda la asamblea de Yashar’el lo guardará. 48 Y cuando un extraño se quede con vosotros, y celebre el Pecaj a Yahuah, que todos sus varones sean circuncidados, y luego que se acerque y lo guarde; y será como aquel nacido en la tierra. Porque ninguna persona no circuncidada podrá comer de ella. 49 Una misma Toráh será para el nativo y para el extranjero que vive entre vosotros.” 50 Así hicieron todos los hijos de Yashar’el, como Yahuah había ordenado a את Moshéh y a את Aharón. Así lo hicieron. 51 Y aconteció aquel mismo día que Yahuah sacó a את los hijos de Yashar’el de la tierra de Mitsrayim por sus ejércitos.
HAFTORÁH: Shemu’el Sheniy 22:1-51
Y HABLÓ David a Yahuah את las palabras de este cántico en el día en que Yahuah lo había librado de la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Sha'ul. 2 Y él dijo: “Yahuah es mi roca, mi fortaleza y mi libertador. 3 El Elohai de mi roca; en él confiaré. Él es mi escudo y el cuerno de mi yeshu`ah. Mi torre alta y mi refugio, mi salvador; de la violencia me libraste. 4 Invocaré a Yahuah, quien es digno de ser alabado, así seré salvo de mis enemigos. 5 Cuando las olas de la muerte me rodeaban, e inundaciones de hombres malvados me aterraban, 6 y la angustia del She’ol me cercaba y los lazos de la muerte me previnieron, 7 en mi angustia invoqué a Yahuah y clamé a mi Elohiym, y Él escuchó mi voz desde su Templo, y mi clamor llegó a sus oídos. 8 La tierra entonces se estremeció y tembló; se conmovieron los cimientos del cielo, se estremecieron porque Él se indignó. 9 Humareda subió de sus narices, y de su boca fuego consumidor. Carbones fueron encendidos por Él. 10 Inclinó los cielos y descendió; y había tinieblas debajo de sus pies. 11 Sobre un Keruv cabalgó y voló; y fue visto sobre las alas del viento. 12 De tinieblas hizo pabellones a su alrededor, oscuridad de aguas y espesas nubes de los cielos. 13 Del resplandor de su presencia se encendieron carbones de fuego. 14 Yahuah tronó desde el cielo y ‘El Elyon pronunció su voz. 15 Disparó sus saetas y las esparció; relámpagos, y los desconcertó. 16 Los cauces del mar aparecieron, los cimientos del mundo quedaron descubiertos, a la reprensión de Yahuah, al soplo del aliento de sus narices. 17 Envió desde lo alto, me tomó; me sacó de las muchas aguas. 18 Me libró de mi enemigo poderoso, de los que me aborrecen, porque son más fuertes que yo. 19 Me fueron tropiezo en el día de mi calamidad, pero Yahuah fue mi refugio. 20 Me sacó a lugar espacioso, me libró porque en mí se complació. 21 Yahuah me recompensó conforme a mi justicia; me retribuyó conforme a la pureza de mis manos. 22 Porque he guardado los caminos de Yahuah, y no me he apartado perversamente de mi Elohiym. 23 Porque todos sus juicios estaban delante de mí; y no me aparté de sus estatutos. 24 También fui recto ante Él, y me he guardado de mi iniquidad. 25 Por tanto, Yahuah me ha recompensado según mi justicia; según mi pureza delante de sus ojos. 26 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso y con el recto te mostrarás recto. 27 Con el puro te mostrarás puro; y con el rebelde te mostrarás implacable. 28 Tú salvas al pueblo את afligido; pero tus ojos están sobre los altivos para abatirlos. 29 Porque tú eres mi lámpara, Oh Yahuah; y Yahuah alumbrará mis tinieblas. 30 Porque por ti he desbaratado tropas, por mi Elohiym he asaltado muros. 31 En cuanto a Elohiym, su camino es perfecto; la Palabra de Yahuah es probada. Él es escudo para todos los que confían en Él. 32 Porque ¿quién es Elohiym sino Yahuah? y ¿quien es la roca, salvo nuestro Elohiym? 33 Elohiym es mi fuerza y mi oder, Él hace mi camino perfecto. 34 Él hace mis pies como de cierva y me establece sobre mis alturas. 35 Él entrena mis manos para la guerra, de modo que mis brazos rompan el arco de acero. 36 Me has dado el escudo de tu yeshu`ah y tu mansedumbre me ha engrandecido. 37 Has ensanchado mis pasos debajo de mí para que mis pies no resbalen, 38 perseguí a mis enemigos y los destruí y no volví hasta que los consumí. 39 Los consumí y los herí, de modo que no se levantaron. Sí, cayeron bajo mis pies, 40 porque me has ceñido con fuerza para la batalla, has sometido debajo de mí a los que contra mí se levantaron. 41 Me diste la cerviz de mis enemigos para destruir a los que me aborrecen. 42 Miraron, mas no hubo quien los salvase; aun a ‘El-Yahuah, mas Él no les respondió. 43 Entonces los pulvericé como el polvo de la tierra, los estampé, como lodo de la calle los hollé y los dispersé por todos lados. 44 También me has librado de las contiendas de mi pueblo, me guardaste para ser cabeza de paganos; un pueblo que no conocía me servirá. 45 Extranjeros se someterán a mí; tan pronto como oigan, me obedecerán. 46 Los extraños se desvanecerán, y saldrán atemorizados de sus lugares de encierro. 47 ¡Yahuah vive! y bendita sea mi roca; y exaltado sea el Elohai de la Roca de mi yeshu`ah. 48 Elohiym es el que me venga, y el que hace caer pueblos para someterlos debajo de mí. 49 El que me saca de entre mis enemigos. Tú me exaltas en lo alto por encima de los que se levantaron contra mí. Me libraste de los hombres violentos. 50 Por eso te daré gracias, Oh Yahuah, entre los paganos, y cantaré alabanzas a tu nombre. 51 Él es la torre de yeshu`ah para su rey; y el que muestra misericordia a su ungido, a David y a su descendencia para siempre.”
BESORÁH: Mattithyahu 26:26 - 27:54
26 Y mientras comían, Yahusha tomó את el pan, y lo bendijo; lo partió, y lo dio a los talmidiym, y dijo: “Tomad, comed, este es mi cuerpo.” 27 Y tomó la copa y dio gracias, y se la dio a ellos, diciendo: “Bebed todos de ella, 28 porque esta es mi sangre del Pacto Renovado, que será derramada por muchos, para el perdón de los pecados. 29 Pero os digo, que no beberé más de este fruto de la vid, hasta el día que lo beba de nuevo con vosotros en el Reino de mi Padre.” 30 Y habiendo cantado un himno, salieron hacia el Monte de los Olivos. 31 Luego, Yahusha les dijo: “Todos vosotros os escandalizaréis por mi causa esta noche, porque está escrito:
Heriré al את Pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas.
32 Pero después de que haya resucitado, iré a vosotros al Galiyl.” 33 Kefa respondió y le dijo: “Así todos los hombres se escandalicen por causa tuya, yo nunca me escandalizaré.” 34 Yahusha le dijo: “De cierto te digo, que esta noche, antes de que el gallo cante, me negarás tres veces.” 35 Kefa le dijo: “Aunque me tocara morir contigo, no te negaré.” Lo mismo dijeron todos los talmidiym.
36 Luego Yahusha fue con ellos a un lugar llamado Gethsemane, y dijo a los talmidiym” “Sentaos aquí, mientras voy allá y oro.” 37 Y llevó consigo a Kefa y a los dos hijos de Zavdiy, y empezó a entristecerse y a preocuparse en gran manera. 38 Luego les dijo: “Mi alma está muy triste, incluso hasta la muerte, quedaos aquí y velad conmigo.” 39 Y se alejo un poco más, y se postró sobre su rostro; y oró diciendo: “¡Oh Padre mío! si es posible, pasa de mí esta copa, pero no se haga como yo quiero, sino como tú quieres.” 40 Y regresó a los talmidiym, y los encontró dormidos, y dijo a Kefa: “¿No han podido velar conmigo una hora? 41 Velad y orad, para que no entréis en tentación, el ruaj en verdad está presto, mas la carne es débil.” 42 Se alejo de nuevo, por segunda vez y oró diciendo: “¡Oh Padre mío! si esta copa no puede pasar de mí, a menos que la beba, hágase tu voluntad.” 43 Y volvió y los encontró dormidos de nuevo, porque sus ojos estaban abatidos. 44 Y los dejó y se fue de nuevo, y oró por tercera vez diciendo las mismas palabras. 45 Luego volvió a sus talmidiym, y les dijo: “Dormid ahora y descansad, he aquí la hora está cerca y el Hijo de A’dam es entregado en manos de pecadores; 46 levantaos, vámonos; he aquí, el que me entrega ya esta aquí.
47 Y mientras hablaba, vino Yahudáh, uno de los doce, y con él una gran multitud con espadas y palos, de parte de los líderes sacerdotes y de los ancianos del pueblo. 48 Y el que lo entregaba les dio una señal, diciendo: “Al que bese, ese es, aprehendedlo.” 49 Y así mismo, se acercó a Yahusha, y dijo: “Salve Adonai” y lo besó. 50 Y Yahusha le dijo: “Amigo, ¿a qué has venido?” Entonces ellos se acercaron y le echaron mano a Yahusha, y lo aprehendieron. 51 Y he aquí uno de los que estaba con Yahusha extendió su mano y desenvainó su espada, e hirió a un siervo del sumo sacerdote, arrancándole la oreja. 52 Luego le dijo Yahusha: “Vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que tomen espada, a espada perecerán. 53 ¿No crees que puedo orar a mi Padre ahora, y Él me daría doce legiones de ángeles? 54 Mas, ¿cómo se cumplirían las Escrituras, que es necesario que así sea?” 55 Y en esa hora dijo Yahusha a las multitudes: “¿Habéis venido a aprehenderme como a un ladrón, con espadas y palos? Cada día me sentaba con vosotros a enseñaros en el Templo y no me aprehendisteis; 56 pero todo esto sucedió para que las Escrituras de los profetas fueran cumplidas.” Entonces todos los talmidiym lo dejaron y huyeron.
57 Los que prendieron a Yahusha lo llevaron a Qayafa, el sumo sacerdote, donde los escribas y ancianos estaban reunidos. 58 Pero Kefa lo siguió a distancia hasta el palacio del sumo sacerdote, y entrando se sentó con los criados, para ver el final. 59 Los líderes sacerdotes, los ancianos y el consejo, buscaban falso testimonio contra Yahusha para ejecutarlo, 60 pero no lo hallaron; a pesar de que muchos falsos testigos se presentaron, no hallaron prueba. Pero al final vinieron dos falsos testigos, 61 y dijeron: “Este hombre dijo: “Puedo derribar el Templo de Elohiym, y edificarlo en tres días.” 62 Y el sumo sacerdote se levantó, y le dijo: “¿No respondes nada? ¿Qué es esto que testifican contra ti?” 63 Pero Yahusha callaba. Y el sumo sacerdote respondió y le dijo: “Te conjuro por el viviente ‘El, que nos digas si eres tú Ha’Mashiaj, el Hijo de Elohiym.” 64 Yahusha le dijo: “Tú lo has dicho. Además os digo, que desde ahora veréis al Hijo de A’dam sentado a la mano derecha del poder, y viniendo en las nubes del cielo.” 65 Entonces, el sumo sacerdote, rasgó su túnica, diciendo: “Ha hablado blasfemia, ¿qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído su blasfemia, 66 ¿qué pensáis?” Respondieron, y dijeron: “Es culpable de muerte.” 67 Luego escupieron en su rostro, y le abofetearon; y otros le herían con las palmas de sus manos, 68 diciendo: “Profetízanos Mashiaj, ¿quién es el que te hirió?”
69 Ahora bien, Kefa estaba sentado afuera del palacio, cuando una doncella se le acerca, diciendo: “Tú también estabas con Yahusha, el de Galiyl.” 70 Pero lo negó delante de todos, diciendo: “No sé lo que dices.” 71 Y cuando salió a la puerta, otra criada lo vio, y les dijo a quienes estaban allí: “Este hombre también estaba con Yahusha, el netseriy.” 72 Y de nuevo lo negó con un juramento: “No conozco al hombre.” 73 Y luego de un rato, se le acercaron los que estaban por allí, y dijeron a Kefa: “Ciertamente eres uno de ellos; porque tu forma de hablar te delata.” 74 Entonces empezó a maldecir y a jurar, diciendo: “No conozco a ese hombre.” Y en seguida, cantó el gallo. 75 Y Kefa recordó las palabras de Yahusha, que le dijo: “Antes de que cante el gallo, me habrás negado tres veces.” Y él se fue y lloró amargamente.
CAPÍTULO 27
LLEGADA la mañana, todos los líderes sacerdotes y los ancianos del pueblo entraron en consejo contra Yahusha para ejecutarlo; 2 y luego de haberlo atado, lo llevaron y lo entregaron a Poncio Pilatos, el gobernador. 3 Luego Yahudáh, quien lo había entregado, cuando vio que lo condenaron, se arrepintió, y regresó las treinta piezas de plata a los líderes sacerdotes y a los ancianos, 4 diciendo: “He pecado, porque he entregado sangre inocente.” Y le dijeron: “¿Qué nos importa? Allá tú.” 5 Y tiró las piezas de plata en el Templo, y fue y se ahorcó. 6 Y los líderes sacerdotes tomaron las piezas de plata y dijeron: “No es lícito ponerlas en la tesorería, porque es precio de sangre.” 7 Y tuvieron consejo y compraron el terreno del alfarero, para sepultura de los extranjeros. 8 Por lo cual aquel campo se llama, hasta el día de hoy, Campo de Sangre. 9 Entonces se cumplió lo que habló Zakaryahu el profeta, diciendo:
“Y tomaron las treinta piezas de plata, el precio por el que fue avaluado, a quien los hijos de Yashar’el avaluaron; 10 Y las dieron por el campo del alfarero, como Yahuah me ordenó.”
11 Y Yahusha fue presentado ante el gobernador, quien le preguntó: “¿Eres el Rey de los yahudiym?” Y Yahusha le dijo: “Tu lo has dicho.” 12 Y cuando fue acusado por los líderes sacerdotes y los ancianos, no respondió. 13 Entonces Pilato dijo: “¿No oyes cuántas cosas testifican contra ti?” 14 Y no le respondió ni una palabra, tanto así que el gobernador se sorprendió grandemente. 15 En esta Fiesta el gobernador acostumbraba liberar un prisionero al pueblo, את quien ellos quisieran. 16 Y tenían entonces, un preso famoso, llamado Bar Abba. 17 Entonces cuando todos se reunieron, Pilato les dijo: “¿A quién deseáis que os את libere: Bar Abba, o Yahusha, quien es llamado Mashiaj?” 18 Porque sabía que por envidia lo habían entregado.
19 Cuando estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: “No tengas nada que ver con ese hombre justo, porque hoy he padecido muchas cosas en un sueño, por causa suya.” 20 Pero los líderes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud para que pidieran a את Bar Abba, y ejecutaran a Yahusha. 21 El gobernador respondió y les dijo: “¿A cuál de los dos deseáis que os libere?” Dijeron: “את Bar Abba.” 22 Pilato les dijo: “¿Qué haré pues, con Yahusha que es llamado Mashiaj?” Y todos le dijeron: “Sea crucificado.” 23 Entonces el gobernador dijo: “Pues, ¿qué mal ha hecho?” Pero gritaban aún más, diciendo: “Sea crucificado.” 24 Cuando Pilato vio que no obtenía nada, y que mas bien se formaba un tumulto, tomó agua y lavó sus manos delante de todos, diciendo: “Soy inocente de la sangre de este justo, allá vosotros.” 25 Entonces contestaron todos, y dijeron: “Sea su sangre sobre nosotros y nuestros hijos.” 26 Entonces les liberó a את Bar Abba; y después de flagelar a Yahusha, lo entregó para ser crucificado. 27 Luego los soldados del gobernador llevaron a Yahusha al cuartel, y את todo el grupo de soldados se reunió a su alrededor. 28 Le desvistieron y le pusieron una túnica escarlata. 29 Trenzaron una corona de espinas y la pusieron sobre su cabeza, y una caña en su mano derecha; y se arrodillaron delante de él, para burlarse, diciendo: ¡Saludo, al Rey de los yahudiym! 30 Le escupieron, y le quitaron la caña para golpearlo en la cabeza. 31 Y después de burlarse, le quitaron la túnica y le pusieron su propia ropa para llevarlo a la crucifixión. 32 Y mientras iban, encontraron a un hombre de Cyrene, llamado Shim`on, y lo obligaron a cargar su cruz. 33 Y cuando llegaron al lugar llamado Gulgoleth, es decir, el lugar de la calavera,
34 le dieron vinagre mezclado con hiel, y al probarlo, no lo bebió. 35 Y le crucificaron y repartieron su ropa, echando suertes, para que se cumpliera את lo que dijo el profeta:
Se reparten mis ropas entre ellos, sobre mi vestido echaron suertes.
36 Y se sentaron para custodiarlo; 37 y sobre su cabeza pusieron por escrito la acusación: ESTE ES YAHUSHA EL REY DE LOS YAHUDIYM. 38 Luego fueron crucificados con él, dos ladrones uno a su derecha y uno a su izquierda.
39 Y los que pasaban le insultaban, moviendo sus cabezas, 40 y diciendo: “Tú que destruyes el Templo y lo reedificas en tres días, ¡sálvate! si eres el Hijo de Elohiym, ¡bájate de esa cruz!” 41 Así mismo, los líderes sacerdotes, los escribas y los ancianos, burlándose, decían: 42 “Salvó a otros; a sí mismo, no se puede salvar. Si es el Rey de Yashar’el, ¡que se baje ahora de la cruz y le creeremos! 43 Confió en Elohiym; que lo libere ahora, si es su voluntad porque dijo: Soy el Hijo de Elohiym.” 44 Igualmente, le injuriaban los ladrones que estaban crucificados con él. 45 Y hubo oscuridad sobre toda la tierra desde la hora sexta, hasta la hora novena. 46 Y cerca de la hora novena Yahusha clamó con una gran voz, diciendo: “¿Eliy, Eliy, lama azavtaniy?” Esto para decir:
¿ELIY, ELIY, por qué me has olvidado?
47 Algunos de los que estaban allí, dijeron al oírle: “Este hombre llama a Eliyahu.” 48 Y sin tardar, uno de ellos fue corriendo, tomó una esponja, la empapó con vinagre, la puso en una caña, y le dio de beber. 49 Los otros decían: “Déjalo, déjanos ver si Eliyahu va a venir a salvarle.”
50 Yahusha, gritó de nuevo con gran voz y entregó su ruaj. 51 Y he aquí, el velo del Templo se rasgó en dos desde arriba hasta abajo; la tierra tembló y las rocas se partieron; 52 las sepulturas se abrieron y muchos cuerpos de los qodeshiym que dormían, se levantaron; 53 y salieron de las tumbas después de su resurrección y fueron a la ciudad qadosh y se aparecieron a muchos. 54 Ahora bien, el centurión y los que estaban con él custodiando a את Yahusha, vieron את el terremoto y את esas cosas que habían sucedido, y se aterrorizaron grandemente y dijeron: “Verdaderamente, este era el Hijo de Elohiym.”