Ma'asiym (Hechos de los Apóstoles) 29
Pa'al, lleno de bendiciones del Mashiaj, y lleno del Ruaj Ha’Qodesh, salió de Roma, decidido a ir a España, puesto que desde largo tiempo atrás deseaba viajar allá; y planeaba también, ir hasta Gran Bretaña, 2 porque había escuchado en Fenicia, según los profetas, que parte de los hijos de Yashar’el, en el tiempo de la esclavitud en la tierra de Ashshur, habían escapado por mar hacia las islas lejanas, o Gran Bretaña, así llamadas por los romaiym. 3 Y Yahuah ordenó que el Besorah fuera predicado lejos de aquí, a las otras naciones, y a las ovejas perdidas de la Casa de Yashar’el. 4 Y nadie detuvo a Pa’al, porque testificaba valientemente sobre Yahusha delante de los tribunales y de la gente; y llevó consigo a unos de los hermanos que vivían con él en Roma. Tomaron una embarcación en Ostia, y teniendo los vientos a favor, llegaron sin riesgo al puerto de España. 5 Y mucha gente se reunió de los pueblos, de las aldeas y de alrededor, porque habían oído de la conversión del apóstol y de los muchos milagros que había hecho. 6 Pa’al predicaba poderosamente en España y grandes multitudes creían y se convertían, porque percibían que era un apóstol enviado por Elohiym. 7 Pa’al y su grupo partieron de España, encontrando una nave en armorica, que los llevó hacia Gran Bretaña, y pasando por la costa sur llegaron a un puerto llamado Rafino.
8 Cuando se corrió la voz de que el apóstol había llegado a su costa, gran cantidad de los habitantes salió a su encuentro, y trataron a Pa’al gentilmente. Entró a la ciudad por la puerta este y se alojó en la casa de un ivriy, uno de su propio pueblo. 9 Y en la mañana fue y se paró en el Monte Lud; y la gente se amontonó en la entrada, y se reunió en Broadway, y les predicaba al Mashiaj, y muchos creyeron la palabra y el testimonio de Yahusha. 10 Y en el atardecer, el Ruaj Ha’Qodesh bajó sobre Pa’al, y profetizó diciendo: “He aquí, en los últimos días Yahuah Shalom habitará en las ciudades, y los habitantes tendrán los días contados; y en el séptimo conteo, sus ojos se abrirán y la gloria de su heredad resplandecerá delante de ellos. Y los pueblos subirán a adorar en el Monte que testifica la paciencia y el sufrimiento de un siervo de Yahuah. 11 Y en los últimos días, nuevas noticias del Besorah serán promulgadas desde Yerushaláyim, y los corazones de las personas se regocijarán, y he aquí, fuentes se abrirán y no habrá más plaga. 12 En aquellos días habrá guerras y rumores de guerras; y un Rey se levantará, y su espada será la sanidad de las naciones, la paz que establezca se mantendrá y la gloria de su Reino será admirable entre los príncipes”.
13 Y sucedió que uno de los Durdos se acercó privadamente a Pa’al y le mostró por sus ritos y ceremonias, que ellos eran descendientes de los yahudiym que habían escapado de la esclavitud en la tierra de Mitsrayim, y el apóstol creyó estas palabras, y les dio el beso de la paz.
14 Y Pa’al habitó en su posada tres meses, afirmado en la fe y predicando al Mashiaj continuamente. 15 Y después de estos hechos, Pa’al y sus hermanos partieron de Rafino, y navegaron hasta Atium, en Gaul. 16 Y Pa’al predicó en el cuartel romaiy y entre la gente, exhortando a todos los hombres a arrepentirse y a confesar sus pecados. 17 Y se le acercaron unos de los belgas para preguntarle a cerca de la nueva doctrina, y del hombre Yahusha; y Pa’al les abrió su corazón y les dijo todas las cosas que le habían sucedido, además de que Mashiaj Yahusha vino al mundo a salvar pecadores; y partieron considerando las palabras que habían escuchado. 18 Y después de mucha predicación y fatiga, Pa’al y sus compañeros de trabajo, pasaron a Helvetia, y fueron al Monte Poncio Pilato, donde aquel que condenó a Adonai Yahusha, se tiró de cabeza, y murió miserablemente. 19 Y de inmediato un torrente brotó de la montaña y se llevó su cuerpo fracturado en pedazos hasta el lago. 20 Y Pa’al estiró sus manos sobre el agua y oró a Yahuah, diciendo: “Oh, Yahuah Elohiym, dale una señal a las naciones que aquí Poncio Pilato, quien condenó a tu את yajiyd, se sumergió de cabeza en el abismo”. 21 Y mientras Pa’al estaba aún hablando, he aquí, sucedió un gran terremoto, y la apariencia de las aguas fue cambiada, y el lago semejaba al Hijo de A’dam, colgado de la cruz en agonía. 22 Entonces, una voz salió del cielo, diciendo: “Hasta Pilato ha escapado la ira por venir, porque se lavó las manos delante de la multitud, ante el derramamiento de sangre de Adonai Yahusha”. 23 Y cuando Pa’al y los que estaban con él vieron el terremoto y oyeron la voz del ángel, glorificaron a Yah, y fueron poderosamente fortalecidos en el ruaj.
24 Y viajaron y llegaron al Monte Julius, donde se encontraban dos pilares, uno a la mano derecha y otro a la mano izquierda, erigidos por César Augusto. 25 Y Pa’al, lleno del Ruaj Ha’Qodesh, se paró entre los dos pilares, diciendo: “Hombres y hermanos, estas piedras que veis en este día testificarán de mi viaje hasta aquí; y de hecho, digo que permanecerán hasta el derramamiento del Ruaj sobre todas las naciones, y el camino nunca será obstruido a través de todas las generaciones”. 26 Y partiendo llegaron a Ilírico, intentando ir por Makedonia hasta Asia, y la gracia era hallada en todas las comunidades escogidas; y prosperaban y tenían paz. Amein.