Bere'shiyth (Génesis) 47:28 - 50:26
Clic aquí para leer el texto completo de la Parashá.
La porción de la Toráh de esta semana, es de suma importancia puesto que hallaremos el origen de lo que en el futuro será la Casa de Yashar'el o las Tribus del Norte, que habrían de ser dispersadas por el mundo y a las que hoy Yahuah está despertando para dar cumplimiento a sus planes y propósitos eternos.
Cuando Yosef presenta a sus hijos para ser bendecidos por su padre Yashar'el (Ya’akov), sucede algo inesperado para él, cuando su padre dice:
El Elohiym, ante cuya presencia mis padres Avraham y Yitsjak anduvieron, el Elohiym que me ha sustentado toda mi vida hasta el día de hoy, 16 el ángel que me ha librado de todo mal, bendiga estos muchachos. Sean ellos llamados por mi nombre, y por el nombre de mis padres Avraham y Yitsjak y aumenten hasta llegar a ser una multitud en medio de la tierra.
Bere'shiyth (Génesis) 48:15-16
Entender este momento de la historia es clave para comprender lo que sucedió posteriormente cuando el reino se partió a la muerte de Sh’lomoh (Salomón), porque las Tribus del Norte partieron bajo el liderazgo de un descendiente de Efrayim: YAROVAM (Jeroboam) y más tarde fueron expatriadas y dispersadas por los rincones de la tierra. Esta es la raíz de nuestra verdadera identidad.
Las diez Tribus del Norte, llamadas también Casa de Yashar'el o Efrayim (Efraín) ó Yosef (José) en muchos pasajes del Tanak (Antiguo Testamento), han sido el medio por el cual Yahuah ha bendecido a las demás naciones, pues a pesar del desconocimiento de su identidad y aún del rechazo de la misma, las promesas hechas por Yahuah a Avraham, Yitsjak y Ya’akov, permanecen vigentes, pues aunque seamos infieles, Él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo.
De esta manera el mensaje de Yahusha, ha llegado hasta los confines de la tierra en cumplimiento de lo anunciado por Él mismo: He sido enviado a buscar a las “ovejas perdidas de la Casa de Yashar'el”. Y así es que para rescatar tales ovejas, Yahusha envía discípulos que hemos estado llevando Su Palabra por todo el mundo de manera que quienes somos sus ovejas, escuchamos su llamado porque reconocemos su voz.
Ahora, en el desarrollo de la historia, hay multitudes que se han vinculado a los verdaderos seguidores de Yahusha, como sucedió a la salida de Mitsrayim (Egipto), cuando una cantidad innumerable de gente no ivriym (hebrea) aprovechó para escapar de la esclavitud. Pero muchos de estos oportunistas nunca entendieron el privilegio de ser parte de la nación escogida por Yahuah, al igual que sucede hoy día.
En la Asamblea de Yashar'el hay toda suerte de aves que vienen y anidan allí, porque ven oportunidades, ya para saciar sus necesidades emocionales, ya para satisfacer sus necesidades de actividades sociales sanas, ya para desarrollar sus negocios, ya para procurar una profesión como en el caso de los ministros que se educan profesionalmente y son contratados para predicar o “pastorear” sin haber recibido nunca un llamado de parte del Elohim Eterno para ejecutar tal tarea.
Lo hemos dicho antes: Estamos viviendo la época más emocionante de la historia, porque estamos ad-portas del final. Lo que estaba previsto que sucediera, ya casi ha sucedido del todo; solo quedan algunos detalles para el final.
Así Yahuah está a punto de terminar su plan y lograr su objetivo: La restauración de todas las cosas a su orden original. Sí. Toda esta historia conduce a la restauración del orden original, el cual se perdió cuando la rebeldía hizo su aparición en escena.
Así en estos días Yahuah está despertando a todos aquellos que somos descendientes de las tribus perdidas y también está comenzando a despertar a Yahudáh, a quien conocemos como: los judíos. Ellos son nuestros hermanos y un día estaremos finalmente juntos, según está previsto en Ezequiel 37 y en muchas otras partes de la Escritura.
Necesitamos aprender de ellos lo que tantos siglos de mantener su identidad, les ha enseñado; pero ellos también necesitan aprender de nosotros quien es el Mesías verdadero: Yahusha, a quien también nosotros debemos retornar. No hablo del Jesús occidentalizado, sino del auténtico Mesías, el yahudita, el de raíces hebreas, el que modeló guardando la Toráh sin abolirla, el que guardaba el Shabbath y la Fiestas de Yahuah, el que vino a salvar y buscar lo que se había perdido.