Bereshit (Génesis) 44:18 - 47:27
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Entendiendo el problema de la asimilación
¿Conoces el término? Asimilación, tiene un significado básico de “hacer igual” a algo ó a alguien. Por ejemplo, decimos: “Esta música se asimila a aquella” ó “tal persona se comporta de manera similar a… alguien conocido”. Ahora bien, de éste término, se desprende: ASIMILACION CULTURAL, con lo cual estamos hablando de adoptar un estilo, una forma de vida; una manera de ser, una prioridad, una cultura, unos valores, etc. incorporándolos a nuestra vida de manera que lleguen a ser parte de uno. Sucede cuando, al salir de nuestra patria, adoptamos, ya por fuerza, ya por conveniencia, las costumbres y formas de vida del nuevo país. Afirmamos que si hemos de prosperar en el nuevo lugar, hemos de “integrarnos a la cultura” pues de otra manera siempre seremos vistos y tratados como extranjeros.
Yosef no fue el primero en enfrentarse al problema de la asimilación venciéndolo con éxito. Avraham, Yitsjak y su hijo Ya’akov, que llegaría a ser Yisrael, habían sido capaces de mantener su identidad y su lealtad a Yahuah, a pesar de estar rodeados de gente pagana. Ahora Yosef, estaba solo! Por supuesto que Yahuah estaba con él; pero no había nadie más de su familia; sin embargo mantuvo sus valores y su confianza en el ‘Elohim de sus padres, lo cual se hace evidente cuando les dice a sus hermanos durante su primer encuentro después de 17 años:
Yo temo a Elohim (Dios) Bereshiyth (Genesis) 42:18
Y que Yosef había influido en sus siervos en cuanto a su fe, se hace evidente, cuando en el segundo viaje, al retornar el dinero, el siervo de Yosef que recibe a sus hermanos, les dice:
Paz a vosotros, no temáis. Vuestro ‘Elohim, el ‘Elohim de vuestro padre os dio un tesoro escondido en vuestros costales; vuestra plata llegó a mi. Bereshiyth (Génesis) 43:23.
Así, la parashá de esta semana nos permite desentrañar lo que está sucediendo actualmente tanto a Yahudáh (Judá – el pueblo judío actual) como a Efráyim (Efraín – todos aquellos que estamos despertando a la obediencia a la Toráh).
Yosef, con un cetro en su mano y toda la autoridad “sobre” Egipto representada por el anillo en su mano izquierda, se pone en pie. Frente a él están todos sus hermanos. Su amor y compasión por todos ellos hacen que su corazón gima desde lo más profundo de su ser. Sin embargo los ojos de Yosef se centran en su hermano Yahudáh. “ANTES” de que Yosef pueda revelarse a toda su familia, “debe” probar a Yahudáh!
Y como sabemos, Yosef lo pone a prueba. El resultado es impresionante: Yahudáh se muestra con un corazón arrepentido y dispuesto a sacrificarse para proteger a su hermano menor con tal de no causar más dolor a su padre Yisrael.
¡Ésta es una de las parábolas más viva (es decir una sombra o cuadro) en toda la Escritura que demuestra el arrepentimiento verdadero y la restauración de nuestra familia!!
¡Entierra el pasado!
La tragedia de muchos seguidores de Yahusha, es el desconocimiento de la total y absoluta soberanía de Yahuah. Cuando ignoramos ésta verdad, nos mantenemos buscando culpables de lo que nos sucede, o bien considerando síes condicionales: Si hubiera hecho así…; si no hubiera hablado… etc.
Y aunque de alguna manera, que yo aún no logro precisar, nosotros somos protagonistas de lo que sucede en nuestras vidas, mientras Yahuah mantiene el control total al mismo tiempo. ¿Dónde termino yo y dónde comienza Yahuah en mis acciones diarias? es una linea de frontera muy tenue e indefinible…
Pero la única forma de estar seguros es viviendo dentro del marco de Su Toráh – Instrucciones. Solo así podremos tener la certeza de que todo, todo, todo lo que sucede en nuestras vidas Él lo utiliza para nuestro bien.