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Mientras transitamos por el camino de la fe, tendemos a considerar que ciertos aspectos de nuestras vidas son más relevantes para Yahuah que otros; así es que categorizamos o jerarquizamos los mandamientos entregados por nuestro Padre, restándole importancia a algunos de ellos que nos parecen muy “triviales”.
Yahuah es un Elohiym que se preocupa por cubrir cada área de la vida, sea que lo percibamos o no, pues como dijo el Apóstol Pa’al (Pablo):
(Ma'asiym – Hechos de los apóstoles 17:28)
“Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos”.
La siguiente porción de la Toráh, nos deja ver lo cuidadoso y amoroso que es nuestro Padre, y asimismo lo que Él espera de sus hijos o de quienes nos llamamos ser su pueblo: un estándar de justicia que sea evidente en nuestras vidas y que refleje el carácter del Elohiym en el cual creemos.
Devariym (Deuteronomio) 23: 9-14
Cuando el ejército saliere contra tus enemigos, te guardarás de toda cosa mala. Si hubiere entre vosotros alguno que no estuviere limpio por alguna impureza acontecida de noche, entonces saldrá del campamento, no entrará en él; pero cuando llegare la noche se lavará con agua, y a la puesta del sol volverá al campamento. Designarás un lugar fuera del campamento, y saldrás allá afuera, y tendrás entre tus armas una estaca; y sucederá que cuando evacues, cavarás con ella y te volverás para cubrir lo que salga de ti. Porque Yahuah Elohayka camina en medio de tu campamento, para darte libertad y entregar tus enemigos delante de ti. Por tanto, tu campamento será kadosh, no sea que Él vea en ti cosa inmunda, y se aleje de ti.
Este texto de la Toráh es un ejemplo curioso y un poco extraño de un detalle del que nosotros pensaríamos que Yahuah no se ocupa; pero muy necesario, porque esta instrucción de ocultar de manera adecuada los excrementos, libraría al pueblo de enfermedades, infecciones y plagas.
Cuidando del más mínimo detalle
Al igual que Yashar’el debemos nosotros hoy ser cuidadosos para que la Presencia de Yahuah esté en medio nuestro; por lo tanto, son muy importantes no solo la pureza interior, sino la limpieza física en todas las áreas de nuestra vida y en nuestros mismos hogares.
Recordemos que Yashar'el debía enfrentar enemigos más grandes y poderosos que él; así que, no era solo una guerra en el campo físico que dependería de la fuerza del ejército o de sus armas y estrategias, sino de la Presencia Divina que estaba con ellos.
La vida nuestra es una batalla constante y como hijos de Yahuah y miembros de su ejército, hemos sido puestos para librarlas en el día a día; por eso es indispensable, procurar mantenernos limpios delante de nuestro Padre, si es que deseamos su asistencia en medio de la guerra.
Si somos conscientes de esto, la obediencia a la Torah se consolidará como nuestro cerco de protección y arma que Yahuah ha provisto para nosotros.
¡Recuerda! somos seres integrales y no podemos separar lo espiritual de lo físico, pues en definitiva, ¡sí importa cómo nos relacionamos con otros! ¡si importa el respeto y cuidado por la Creación! ¡si importa cómo nos vestimos! ¡si importa lo que comemos! y ¡sí importa el cuidado de nuestra salud y de nuestro cuerpo!,
Esta es una de las porciones que nos lleva a sensibilizar más nuestro corazón, te invito a que reflexionemos a la luz de este texto de la Toráh y hagamos los ajustes necesarios, aun los más mínimos detalles y procuremos hacer lo mejor posible, para que podamos experimentar cambios significativos en nuestra atmósfera espiritual y física.