Parashá Beha'alotja - Cuando establezcas
Bemidbar (Números) 8:1 - 12:16
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Un terrible ejemplo de una lengua sin control: lashón- hara. ¡Aarón y Miriam murmuraron contra Moshé! Ellos que habían sido testigos de primera fila de todo lo que Yahuah había hecho por medio de su hermano menor; también eran testigos de las motivaciones de Moshéh. ¿Obró equivocadamente Moshéh al tomar una mujer de los descendientes de Cus? Es muy probable que Yahuah le haya guiado en esa decisión con un propósito desconocido (quizás profético), pues es imposible que a estas alturas, Moshéh que se presentaba continuamente ante Yehováh y quien por causa de la necesidad de estar puro ritualmente debía abstenerse de relaciones con su propia esposa, hubiese tomado por capricho carnal a una mujer de los hijos de Cus para tener relaciones con ella.
Si hubiera hecho mal, eso era algo que solamente Yahuah podía haber juzgado y tal parece que no lo hizo; sin embargo Miriam y Aarón sí se sintieron con la autoridad de hacerlo.
Vemos la consecuencia en Miriam: inmediatamente el juicio sobre ella fue una afección de la piel. Por esta experiencia, los israelitas siempre han asociado tal enfermedad con un problema de murmuración, crítica, ó simplemente de lengua descuidada.
Afortunadamente esos juicios no caen de igual manera hoy, porque ¡toda la tierra sería un valle de leprosos!
Yahuah les llama la atención diciendo:
¿Por qué no tuvisteis temor de hablar contra Moshéh mi siervo?
Al ser Moshéh representante de Yahuah ellos estaban tomándose la atribución que solo le correspondía a Él. Y el resultado fue terrible. Moshéh entonces, sin resentimiento alguno, clamó por la sanidad de su hermana mayor y Yahuah demostró una vez más su misericordia sanándola totalmente.
¿Por qué Aharón no tuvo la misma disciplina? Es probable que quien originó la murmuración haya sido Miriam, que era mayor que los dos, y Aharón simplemente la secundó, manifestando una vez más su carácter débil y complaciente, como sucedió con el asunto del becerro de oro.
¿La lección? Cuidemos la lengua. Por el mal uso de ella podemos meternos en enormes problemas cuyas consecuencias muchas veces no tienen arreglo.
…la lengua es una parte diminuta del cuerpo y, sin embargo, presume de grandes cosas. ¡Vea cómo un pequeño fuego prende fuego a todo un bosque!
Sí, la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está colocada de tal manera en nuestro cuerpo que contamina cada parte de él, incendiando toda nuestra vida; y es incendiada por el mismo Gei-Hinnom.
Pues la gente ha domesticado y sigue domesticando toda clase de animales, aves, reptiles y criaturas marinas; pero la lengua nadie puede domarla: ¡es una cosa inestable y maligna, llena de veneno mortífero! Ya’akov (Santiago) 3:5-8
La queja y la murmuración nos alejan de la bendición:
Después de que esta generación en el desierto fue guiada por la columna de nube de Yahuah de día y la columna de fuego en la noche, Yashar’el se quejó, lloró anhelando el pasado en Mitsrayim, siendo contagiada por aquella multitud mixta que salió con ellos, obedeciendo a un apetito de comer carne, al punto que despreciaron la comida del cielo que les había sido dada: el Manná.
Claramente estos ejemplos nos ilustran la falta de contentamiento que proviene de la superficialidad con que vivimos, lo cual conduce a vidas insatisfechas, en donde vamos perdiendo la gratitud y la capacidad de apreciar la benevolencia de nuestro Elohiym, deslizándonos fácilmente por el camino de los “apetitos” y deseos.
Si bien hay deseos o anhelos lícitos que nos impulsan a ser mejores, también pueden convertirse en un arma de doble filo, que, si no sabemos dominarlos o usarlos para bien, nos atraparán haciéndonos presos de la insaciabilidad.
Surge la inquietud: ¿Acaso no se nos permite poder expresar nuestra queja e insatisfacción delante de Yahuah?
¡Claro que sí! Totalmente; y podemos hacerlo en libertad, pero con la actitud correcta.
Ciertamente Él nos escucha; en particular, el problema del pueblo fue la actitud de despreciar y no valorar las bendiciones que ya les habían sido dadas; y nuestro Elohiym sabía que nada les satisfaría en ese momento porque habían perdido el enfoque que los llevo a la desesperación.
Teniendo esto en mente, aprendamos de las lecciones que recibieron nuestros padres en el desierto, como está escrito:
Korintiym Ri'shon (1 Corintios) 10:6,11
Por lo tanto, estas cosas sucedieron como ejemplos, con el propósito de que no codiciemos cosas perversas, así como ellos codiciaron…Así pues, todas estas cosas sucedieron a ellos como ejemplos; y están escritas para nuestra amonestación, para quienes el fin del mundo ha llegado.
Procuremos apreciar y agradecer a nuestro Elohiym por todas las cosas buenas que tenemos en nuestra vida cada día; establezcamos recordatorios o señales, tal vez al iniciar el día o cuando nos despertamos, son momentos de reflexión que nos ayudaran a percibir cuan bueno y grande es Yahuah.
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