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La palabra Metzorá ha sido traducida como leproso, pero como ya dijimos en el capítulo anterior, que no necesariamente era la lepra que conocemos hoy, sino más bien una afección de la piel (tzaraat).
Yahuah instruyó a Moshé respecto a la purificación del afectado con tzaraat, después de que el afectado fuera declarado limpio por el sacerdote; pues solo al Kohaniym se le confirió la autoridad de realizar la revisión del enfermo y declarar si era puro o no.
La limpieza de la persona afectada con tzaraat, no constituía un método de sanidad, sino solamente el procedimiento mediante el cual el afectado sería declarado limpio para poderse reintegrar a la comunidad.
Veamos a continuación el significado de los elementos requeridos para la purificación:
Dos aves puras (limpias) y vivas: Las aves gorjean constantemente; esto se asocia con el lashón hará, pues recordemos que los hermanos de Yahudáh relacionan la tzaraat con el mal hablar, por lo cual la afección de la piel es considerada una manifestación física de una condición espiritual. Eran necesarias dos aves para este ritual. Según el entendimiento de algunos hermanos de Yahudáh, la primera representaba ese “hablar negativo” de la persona (lashón hará), por cual era sacrificada. La segunda ave, que era aquella que se liberaba, rerpresentaba el potencial de cambio positivo de la persona después de su aislamiento.
Madera de cedro: Es una madera rojiza que tiene una gran resistencia al deterioro, lo que la hace representativa de la incorruptibilidad y la inmortalidad. Su color evoca el color de la sangre utilizada en los sacrificios. El uso de esta madera en el ritual bien pudiera hablarnos de la incorruptibilidad a la que estamos destinados cuando obramos conforme a lo que Yahuah nos ordena.
Tela escarlata: El significado principal es su color. Nos recuerda el color de la sangre viva. Recordemos lo que dice el profeta Yeshayahu:
Yeshayahu (Isaías) 1:8
Si vuestros pecados fueren como escarlata, o la grana, o el color rojo, como la nieve serán emblanquecidos.
Solo la intervención divina puede lograr este tipo de cosas.
Hisopo: El hisopo crece en manojos pequeños y tiene un aroma similar a la menta o la hierbabuena. Precisamente su olor es todo lo contrario al olor que podría haber tenido la persona que estaba siendo purificada. Ver Tehilliym (Salmos) 51:7
Aguas corrientes: Es aquella que está fluyendo y al hacerlo se oxigena destruyendo los patógenos que se pudieran haber formado en ella. Innumerables veces las Escrituras de nos hablan de la importancia de las aguas vivas.
Si bien esta es una de las secciones con instrucciones de Yahuah que no son del todo comprensibles y no hay explicación para las mismas, entendemos que simplemente así deberían ser hechas las cosas. Confiamos pues, que en la medida que obedecemos seremos bendecidos y tal vez nuestro Elohiym traiga revelación a nuestras vidas.
Ahora bien, esta sección finaliza con instrucciones respecto de los flujos coorporales tanto del hombre, como de la mujer, ya fueran de emisión de semen o de la menstruación respectivamente; tales situaciones dejaban a la persona en un estado de impureza, sin que esto significara que hubieran cometido pecado, pues son funciones propias de nuestros cuerpos conforme a la creación de Yahuah.
Una persona impura debía realizar una tevilah, es decir una inmersión en aguas corrientes., para retornar a su condición de pureza ritual, condición indispensable para tener acceso Templo incluidos los sacerdotes. Para tal efecto había múltiples pequeñas piscinas a la entrada del Templo.
Hoy, aunque no hay un templo en Yerushalayim, el ritual de tevilah continúa practicándose por el pueblo judío donde quiera que esté. Es un asunto privado por lo cual no se realiza en lugares públicos.
Surge la pregunta: ¿debemos nosotros como observantes de la Toráh, realizar esta práctica?
Este asunto de pureza ritual nos puede resultar extraño; pero como pueblo de Yashar’el injertado por el Mashiaj Yahusha, que vamos alineándonos cada vez mas con su Torah, conviene practicar estas cosas, manifestando así a Yahuah nuestra disposición a hacerlo si estuviésemos en la tierra prometida y si hubiese un Mishkan o Templo; pero no porque esto tenga un valor más allá del establecido en las Escrituras: Recobrar la puerza ritual.
Un último aspecto a tener cuenta es que no podemos desligar los asuntos espirituales de los físicos, como tradicionalmente se ha dado a entender a quienes venimos de un contexto cristiano, pues nuestra limpieza interior también debe reflejarse en el exterior.
Así que, como lo expresa el Apostol Paál (Pablo):
Romaiym (Romanos) 12: 1-2
Osruego hermanos, por las misericordias de Elohiym, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, kadosh y agradable ante Elohiym, el cual es vuestro servicio razonable. Y no os amoldéis a este mundo, más sed transformados por la renovación de vuestras mentes para que discernáis lo que es la buena, agradable y perfecta voluntad de Elohiym.
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