En el Octavo día (Sheminí), que en hebreo representa un nuevo comienzo y también pacto (Brit), fue cuando se levantó el Tabernáculo de reunión. Aharón y sus hijos debieron estar listos para oficiar como koaniym (sacerdotes), transcurridos 7 días después de su consagración.
Moshéh les instruyó para que en ese día presentaran sacrificios, y la gloria de Yahuah apareció ante todos. ¿Podemos imaginarlo? El fuego de su presencia descendiendo en el Mishkan, consumiendo todo lo que fue ofrecido, siendo esta una evidencia de la aceptación y complacencia de Yahuah.
Ahora bien, esta porción nos brinda una gran lección en cuanto al celo de Yahuah, respecto a la forma de servirle y adorarle; pues Nadav y Aviyhu representaban al pueblo ante nuestro Elohiym y por ende, como koaniym (sacerdotes) tenían autoridad para ofrecer incienso.
Nos preguntamos entonces ¿Qué fue lo que hicieron mal? ¿tal vez fue su actitud? ¿o tal vez estaban embriagados? No lo sabemos, lo cierto es que “ofrecieron un fuego extraño”, algo que Yahuah no les había ordenado.
Esto es un claro ejemplo de lo delicada que es la obediencia, porque es necesario prestar atención y seguir cuidadosamente las instrucciones (Toráh) de Yahuah. Como pueblo estamos llamados a caminar en ella, alineándonos completamente con la voluntad de nuestro Elohiym expresada en sus mandamientos, sin quitar ni agregar, tal como lo modeló Yahusha HaMashiaj. Sin duda, una gran responsabilidad, y más aún para quienes presiden y están en autoridad.
La alimentación Kosher, un regalo de amor
A continuación, vemos como Yahuah nos enseña respecto a la manera de alimentarnos correctamente, es decir, una dieta especial para su pueblo.
Estas instrucciones nos resultan extrañas para quienes venimos de un contexto cristiano, donde se nos dijo que podíamos "comer de todo", bajo la premisa de que Yahusha había limpiado "todos los alimentos", lo cual significaría que habría cambiado la naturaleza y el propósito con el cual fueron creados ciertos animales, pero no fue así.
En la medida en que caminamos en la Torah de Yahuah respecto de la alimentación, nos damos cuenta de que estas instrucciones no son un capricho ni una carga; más bien la dieta expresada en el capítulo 11 del libro de Vayikra es una manifestación de amor de Yahuah, con el fin de que gocemos de una buena salud y le seamos instrumentos útiles.
Recordemos que, si consumimos aquellos alimentos no permitidos, hacemos abominables nuestras almas; así que no solo es un asunto de salud, sino de santidad:
Vayikra (Levitico) 11:43-45
No os hagáis abominables את con ninguna criatura que se arrastre, ni os hagáis inmundos con ellos, para que no os contaminéis. Porque Yo soy Yahuah Elohaykem, por tanto, os consagraréis, y seréis kodeshiym; porque Yo soy kadosh. Tampoco os contaminaréis את con ningún animal que se arrastra sobre la tierra. Porque Yo soy Yahuah que os sacó de la tierra de Mitsrayim (Egipto), para ser vuestro Elohiym. Por lo tanto, seréis kodeshiym, porque Yo Soy kadosh.
Te invito a reflexionar en esto y a hacer los ajustes necesarios en tu vida, recordando que Yahuah es un padre amoroso, que cuida del más mínimo detalle, entendiendo que cuando cumplimos sus mandamientos no le estamos haciendo un favor a Él, sino a nosotros mismos. Nuestra salud es el resultado de lo que comemos, así que tomemos el control de ella.
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