Shemot (Éxodo) 25:1 - 27:19
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Esta porción de la Toráh nos permite ver las instrucciones que Yahuah proveyó a Moshéh respecto a la construcción del Tabernáculo, según el modelo del cual le fue mostrado en el monte.
Llama la atención como los recursos para la construcción del Tabernáculo, provinieron del mismo pueblo de Yashar’el, pues Yahuah les dijo, que cada varón debía traer una ofrenda (Terumah) voluntaria de su corazón. Recordemos que aunque venían de la esclavitud, no salieron con las manos vacías; de tal modo, que Yahuah no les iba a pedir lo que no pudieran dar.
Así que lo mejor aquí, es que no se les está imponiendo un porcentaje o un valor especifico, sino lo que cada uno deseara dar. Es importante resaltar que no vemos ninguna presión por parte de Moshéh, Aharón o de algunos de los ancianos del pueblo interviniendo para que la gente ofrendara, pues Yahuah siempre apela a la gratitud de su pueblo.
Es maravilloso pensar que nuestro Elohiym nos enseña a dar de lo que Él nos ha dado, y nos permite participar de su obra de manera voluntaria y espontánea, lo cual nos ayudara a sacar el egoísmo y la avaricia de nuestra vida.
Ahora bien, Yahuah mismo manifestó a Moshé la intención de construir el santuario con el objetivo de habitar entre ellos. ¿Podemos imaginarlo? Esta fue la primera construcción móvil de la historia; un lugar donde la presencia del Elohiym de toda la tierra estaría constantemente, mostrando la intención de Yahuah de querer acercarse y estar en relación con quienes hemos decidido aceptar su invitación para conocerle, ¡Qué gran privilegio!
Hoy, como creyentes en el Elohiym de Yashar’el a través del Mashiaj, somos depositarios de la presencia del Ruaj Ha’Kodesh (Espíritu Santo); tal como lo dice el apóstol Pa’al:
Corintiym Sheniy (2 Corintios) 6:16
Porque vosotros sois el Templo del viviente Elohiym, como Elohiym ha dicho: Habitaré en ellos, y andaré en ellos, y seré su Elohiym, y serán mi pueblo.
Que enorme e invaluable regalo, pero a su vez, que gran responsabilidad ser ese templo que da testimonio de la presencia de Yahuah en medio de nosotros.
Esforcémonos en la gracia que nos ha sido dada para llevar a todo lugar el olor de su conocimiento; por lo tanto procuremos pues, mantener este tabernáculo en santidad y honor.
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