Shemot (Éxodo) 10:1 - 13:16
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La porción de la Torah de esta semana se denomina “Bo”, que se traduce “ve”.
Yahuah le dice a Moshéh que vaya nuevamente a Far’oh y sus siervos para mostrar ante ellos sus señales, y también para testimonio de cómo con su mano poderosa se manifestó en Mitsrayim.
Ante cada negativa de Far’oh para dejar libre a Yashar'el, las plagas eran cada vez más duras, siendo la ultima la más difícil y grave para Mitsrayim, pues la muerte de los primogénitos afectó desde el primogénito de Far’oh que se sentaría sobre su trono, hasta el primogénito de los siervos, pasando también por los animales.
Esto desencadenó un gran terror y grito de angustia en la tierra de Mitsrayim, al punto que todos apremiaban a los hijos de Yashar'el para que salieran y dejaran el pais. Había muerte en todo el territorio, excepto en la tierra de Goshen, donde estaba el pueblo de Yashar'el porque Yahuah hizo diferencia.
Para el pueblo de Yashar'el sin duda fue una noche inolvidable como lo estableció Elohiym, ya que este gran evento se convertiría en una de las celebraciones mas importantes para el pueblo ivriym (hebreo), El Pesaj (Pascua); al punto que Yahuah les ordenó recordarlo y enseñarlo a través de sus generaciones por estatuto perpetuo.
Ahora bien, como creyentes en el Mashiaj Yahusha, habiendo sido injertados por Él en el buen olivo, también somos parte del Pueblo de Yashar'el. ¡Es una gran noticia! porque, aunque no estuvimos allí físicamente en el evento de Mitsrayim, sí estuvimos en los lomos de aquellos que nos precedieron; esa gran libertad aquella noche, también era la sombra de la libertad nuestra, pues cada uno de nosotros debemos enfrentar nuestro propio “Mitsrayim” y entender que solo con la mano Poderosa de Yahuah podremos salir.
Así pues, preparémonos con todo nuestro corazón para conmemorar esta fecha que se avecina, El Pesaj, tal y como lo dice el apóstol Pa’al (Pablo):
1 Corintiym (Corintios) 5:7-8
Limpiad pues, la levadura vieja, de modo que seáis una nueva masa, ya que sois matstsah. Porque el Mashiaj, nuestro Pesaj es sacrificado por nosotros; por lo tanto, guardemos la Fiesta, no con la masa vieja, ni con la masa de malicia y de perversión, sino con el matstsah de sinceridad y verdad.
Si bien, actualmente no podemos celebrarla como nos instruye la Torah, toda vez que no están dadas las condiciones (no hay templo, no podemos ir a Yerushalayim, etc.), hagamos lo mejor que podamos; no importa donde te encuentres; tal vez estas iniciando tu propio éxodo tratando de dejar atrás cosas que te esclavizan, o aun vas camino al desierto experimentando cambios y desafíos, o tal vez recorriendo el camino trazado por Yahuah sacando a Mitsrayim de tu mente y corazón.
Cual sea tu estado actual, no te detengas ¡Animo porque la Tierra Prometida nos espera!
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