Bereshit (Génesis) 44:18 - 47:27
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Esta semana la porción de la Torah se denomina “Vayigash”, que significa “y se acercó”.
Yahudáh se acerca Yosef y le hace un recuento de todo lo que sucedió para poder traer a Binyamiyn, haciendo énfasis en el daño que le causaría a su padre Ya`akov si no regresaba con su hermano menor. Tal fue el efecto de estas palabras, que Yosef no pudo contener sus emociones, al punto que se dio a conocer a sus hermanos.
Esta historia de la Torah es una de los más conmovedoras, pues por 22 años Yosef estuvo como muerto para su familia.
Ya`akov, por su parte, al ser informado de que Yosef vivía, no creyó inmediatamente; solo hasta que vio los carros de Far’oh, su ruaj (espíritu) volvió a vivir.
Curiosamente, durante estos 22 años de la desaparición de Yosef, en mi opinión personal, parece haber habido una ausencia de la palabra de Yahuah en la vida de Ya'akov; o quizás, cierto desánimo por buscarlo.
Esto lo podemos inferir cuando en el relato se nos cuenta que sólo al recibir la buena noticia sobre su Hijo Yosef, Ya`akov se dirige primero a Be`er Sheva, donde ofreció sacrificios al Elohiym de su padre, Yitsjak. Y es aquí donde vino palabra de Yahuah diciendo: “No temas descender a Mitsráyim, porque allí haré de ti una gran nación. Descenderé contigo a Mitsráyim y ciertamente también te haré volver; y la mano de Yosef cerrará tus ojos”.
Como creyentes, nuestras vidas también pueden entrar en procesos de tristeza, decepción, angustia, depresión o desilusión, por situaciones difíciles como la pérdida de algo o de alguien, o tal vez por una oración no respondida en la forma que deseamos, siendo sacudidos en nuestra fe, confrontados con nosotros mismos, y aun llegando a cuestionar a Yahuah, al punto de que nuestra relación con Él se torne distante.
¿Te ha sucedido?
La buena noticia es que Yahuah es fiel, por lo tanto, estemos expectantes de que Él puede irrumpir en esas situaciones al punto de resucitar nuestra fe; en el momento menos esperado, su misericordia y amor se revelará a nuestras vidas de una manera particular tal y como sucedió con Ya`akov.
No dudes ni tardes en acudir a Él; ábrele tu corazón como lo hizo nuestro patriarca en Be`er Sheva, un lugar muy significativo. Pues como esta escrito en el cefer del profeta Yirmeyahu (Jeremías) 29: 12-13:
“ Entonces me llamaréis, e iréis y oraréis a mí, y Yo os escucharé. Y me buscaréis y me encontraréis cuando me busquéis con todo vuestro corazón”.
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